Actividad 2. El agua que consumimos

El agua nos puede parecer una sustancia muy corriente y común puesto qué la utilizamos múltiples veces al día, aún cuándo no seamos conscientes de ello. A muchos nos puede resultar difícil imaginar un día sin agua, aún cuándo, seguro que tampoco nunca hemos probado estar sin ella. A continuación, se propone una dinámica en la que se trabaja el ahorro en el consumo doméstico de agua, al mismo tiempo qué da pie a reflexionar sobre las diferentes visiones de gestión de un recurso como éste.

Objetivos:
Ver las diferencias que provoca en la gestión del agua, concebirla como un recurso ilimitado (gestión de la oferta) o limitado (gestión de la demanda).
Potenciar la creatividad para encontrar mecanismos o recursos para el ahorro del agua.
Duración: 1 hora y 1/2 aproximadamente.

Desarrollo:

Para realizar la actividad, se utilizará un listado de volúmenes de agua consumidos en las diferentes actividades domésticas de una casa tipo (anexo 1).
Se dividirá la clase en cuatro grupos y se les planteará diferentes situaciones; en todas ellas se partirá de una casa con cuatro habitaciones:

Situación 1: tendrán que hacer un recuento de los litros de agua (aprox.) que se consumen diariamente, siendo lo más realista posible, pensando en las actividades que ellos mismos hacen en su casa. Se pedirá qué, elaboren un listado de todas las actividades diarias en qué se consume el agua (será necesario detallar éstas actividades, ej. ¿Para lavarse, se duchan o se bañan?, como lavan los platos…) y qué intenten hacer una estimación de los litros consumidos por actividad. Finalmente, se les facilitará otro listado con la equivalencia real de litros para que hagan el recuento real y la comparación con el consumo que ellos habían estimado.

Situación 2: partiendo de un consumo determinado (ex. 1.000 litros por día), tendrán que reducir el consumo de agua al máximo posible; tendrán que decidir en qué ahorran agua y de qué manera. (No tendrán ninguna cantidad especificada sino qué, tendrán que intentar reducir al máximo). Éste grupo, trabajará desde un inicio, con el listado de las equivalencias de litros.

Situación 3: se planteará una restricción de la cantidad de agua a su alcance. Es decir, dispondrán de un volumen de agua determinado y tendrán que distribuirla según más les convenga. (Hay que marcar la cantidad de litros de qué disponen: ex. 300 litros). Éste grupo, también trabajará desde un inicio con el listado de las equivalencias de litros.

Situación 4: se planteará una restricción muy estricta de la cantidad de agua a su alcance. Casi solo dispondrán del volumen de agua necesario para beber y cocinar. Tendrán que decidir qué hacen con el resto de actividades que se hacen en la casa y en las qué se consume agua y de qué manera las hacen (hay que marcar la cantidad de libros de qué disponen: ex. 20 litros).

Finalmente, con los datos del consumo que se hayan recogido, para cada una de las situaciones, se puede proponer toda una serie de temas para entrar en debate.

Algunas cuestiones que pueden dar pie a la reflexión:

En la situación 1, ¿se ha aproximado el consumo estimado al consumo real de agua?
En la situación 2 ¿se ha ahorrado el máximo de agua que se podía o quizás, el ahorro podía haber sido mayor?
¿Qué diferencia hay entre los consumos de las diferentes situaciones? ¿Qué crees qué es lo que ha determinado que, la gestión del agua haya sido diferente en una casa y en otra?
¿Crees qué pueden representar diferencias en los consumos reales de diferentes casas (de todo el mundo)?
¿Crees qué, en la situación 4, es imposible realizar ninguna otra actividad que no sea comer o cocinar? ¿Cómo habéis solucionado la falta de agua?