FORMACION Y LEGALIZACION DEL MOVIMENTO POLITICO-RELIGIOSO ISLAMISTA
En sus diferentes corrientes el islamismo argelino, por su pujanza política y social en el momento, fue el principal beneficiado de la apertura del régimen argelino iniciada en febrero de 1989. Asi se constata del hecho de que ese mismo año, el 10 de marzo, se constituyera el Frente Islámico de Salvación, (FIS) siendo legalizado el 14 de setiembre. Pero no hay que olvidar que partían con ciertos factores a su favor, como el hecho de que sus líderes siempre hubieran permanecido en el país organizando sus redes de solidaridad social y asociaciones caritativas, a la sombra de los minaretes de las mezquitas; por contra los otros partidos de la oposición como el Movimiento por la Democracia en Argelia de Ahmed Ben Bella o el Frente de Fuerzas Socialistas, de Aït Ahmed se encontraban limitados por la represión y el exilio de sus maximos dirigentes.
Para los dirigentes islamistas la ya existente "Liga de la Predicación" (Rabitat Dawa) de concepción apolítica y especialmente concebida para la defensa, la unidad y la reflexión del Islam en Argelia, se les queda pequeña en el nuevo marco politico y social del país; si bien las ambiciones personales, las desconfianzas de unos hacia los otros y la procedencia diferente hace preveer disensiones a la hora de configurar una alternativa política islamista.
Son los predicadores y los más jóvenes quienes tomarán la iniciativa de formar una organización político-religiosa de masas, encabezados por Ali Belhadj y seguidos por algunos ulemas históricos entre los que destaca Abassi Madani (ex-combatiente en la lucha anticolonial con el FLN) y Hachemi Sahnouni. A. Belhadj imbuido de la idea de unidad y de la revolución de noviembre de 1962 (fecha de la independencia de Argelia), propone llamar a la nueva organización Frente Islámico Unificado, cambiando finalmente ésta palabra por la de Salvación a propuesta de A. Madani, que afirmará: "nosotros queremos salvar esta Umma (la Comunidad de Creyentes) y este pueblo".
Un año más tarde A. Madani declararía, al respecto del nombre escogido para denominar al nuevo partido islamista, en una entrevista concedida al diario Al.Masar Al.Maghribi del 26 de marzo de 1990: "..., es el Frente del pueblo argelino con todas sus clases sociales y de todo el territorio. El está abierto a la variedad de tendencias e ideas que realizan, a través la riqueza de la diversidad, una unidad coherente...; la unidad de los intereses, de las posiciones y del acuerdo... Es la unidad del destino comun..." "Él es Islámico de nombre, porque él tiene un contenido, un método, una función histórica islámica. El Islam representa un modelo de cambio y de reforma, es nuestra razón de ser y las razones de la continuidad de nuestra existencia..." " En cuanto a Salvación, representa la función apostólica, en tanto que salvación de la fe...; y por la función historica, económica, social, cultural y civilizacional..."
Pero no todos los lideres religiosos se apuntan a la iniciativa, Mohamed Said apostará por esperar a la formación de otros partidos políticos y al resultado del referendum sobre la propuesta gubernamental de Constitución de febrero del 89; el Cheikh Abdallah Djaballah, lider de los predicadores de la región de Constantina y dirigente de la recién creada Asociación An.Nahda (Renacimiento) pide también paciencia, y Mahfoud Nahnah rechaza abiertamente la idea afirmando: "Un partido islamista debe estar dirigido por una élite de sabios religiosos y no por jóvenes", continuando sus actividades en la Asociación Al.Irchad wa Al. Islah (Orientación y Reforma) que más tarde, en diciembre de 1990, se transformará en el partido político HAMAS (Movimiento por la Sociedad Islámica).
Desde su nacimiento el FIS, se situó como primera fuerza política y social del país, se proclamó legítimo heredero de la revolución argelina, traicionada por todos aquellos que han gobernado o se han enriquecido en su nombre, se apropia del lenguage unitario y hegemónico del movimiento de liberación nacional que fue el FLN cuando la lucha anticolonial, intentando imponerse así a los discursos moribundos y contradictorios del FLN- Estado y al discurso ausente, en la esfera social, de la multitud de partidos que pueblan en esos momentos la nueva escena política argelina.
Dirigido por un Consejo Consultivo (Majlis Choura) de 14 miembros, donde destacan Abassi Madani, Ali Belhadj, Benazouz Zoubda, Hachemi Sahnouni, Ali Djadi y Abdelbaki Sahraui el FIS se personalizará en las dos primeras figuras que se transformarán en su imagen exterior. El primero A. Madani, cabeza política del movimiento, es su portavoz oficial, será la imagen pública frente a sus contrincantes políticos, una persona calculadora; el segundo, Ali Belhadj de 33 años en el momento de la legalización del FIS, sería el Alfonso Guerra de turno, "cabeza loca" del partido, su "radicalismo" se equipara a su dogmatismo religioso, es el mitinero que enfervoriza a las masas, sobre todo juveniles, desde las mezquitas.
Desde este lugar arremete cada viernes contra el mundo Occidental y sus aliados sionistas, comunistas, laicos, liberales, agnósticos, gobernantes del Este y del Oeste, contra los jefes de Estado arabes o musulmanes vendidos al dólar. Se configura como el portavoz de todos aquellos que no tienen nada que perder y desafían cotidianamente el orden establecido.
La primera demostración masiva de fuerza del movimiento político-religioso argelino tendrá lugar en diciembre de 1989, en respuesta a las manifestaciones "feministas y laicas" que denunciaban la violencia "integrista de algunas bandas callejeras" contra mujeres y contra establecimientos que expendían bebidas alcohólicas etc.; decenas de miles de mujeres con pañuelos sobre sus cabezas (hiyab) se manifiestan por primera vez por las calles de Argel respondiendo a la convocatoria de la Rabitat Dawa, contra "las tentativas de despersonalización y de agresión cultural de que es víctima la mujer musulmana argelina".Son en estos momentos, ante tal demostración de adhesión pública al proyecto de sociedad islámica, los medios intelectuales francófonos argelinos quienes se movilizan y comienzan la campaña local e internacional de denuncia sistemática del "peligro islamista en Argelia".
El FIS basará su componente social sobre los comerciantes, la masa de jóvenes en paro y excluidos de las escuelas, que forman un nuevo lumpen proletariado, y los intelectuales arabófonos en ascensión social. Esta situación no es ni más ni menos diferente de las características de muchos movimientos de liberación nacional del llamado Tercer Mundo o de los movimientos nacionalistas de tipo populista de la Europa de hoy.
Javier Valenzuela, periodista y seguidor de cerca de la realidad argelina, se preguntaba en el año 1994 en un artículo publicado en El País, ¿que mosca les ha picado a tantos argelinos y argelinas para adherirse al partido de Dios con un entusiasmo que puede llevar al martirio? ¿Como es posible que una de las juventudes más urbanizadas y educadas del mundo árabe se sienta tan tentada por el islamismo? Las respuestas las obtendremos analizando estos primeros años de existencia formal del FIS en los que se configura como alternativa y referente.
Como hemos visto el proceso de democratización y de apertura pluralista iniciado a finales de los años ochenta por el presidente Chadli Bendjedid, permite al movimiento político-religioso islámico ocupar un espacio legal y público que ningún otro movimiento del mismo carácter ha podido ocupar en todo el resto del Magreb. Utilizando el marco legal, los islamistas quieren, según el momento, criticar la democracia y al régimen, al mismo tiempo que mantienen encuentros de alto nivel con el poder civil y militar de esos años para negociar su entrada en el Poder.
Durante este período, el comportamiento del FIS ofrece una cierta similitud con el de los partidos comunistas en Francia y en Italia después de la Segunda Guerra Mundial. Un fondo de valores comunes existe en la referencia a la lucha anticolonial, cuando el FIS acusa solamente al FLN de haber traicionado los principios, como los comunistas acusaron a los partidos burgueses de haber traicionado el espiritu de la resistencia al nazismo. Al FIS le veremos después , en la lucha clandestina cuando su ilegalización, de 1992 retomando el discurso, los símbolos e incluso las formas y métodos de lucha armada de la guerra de independencia (1954-1962). Al mismo tiempo, su trabajo en la base ha consistido en socializar a los jóvenes a partir de las mezquitas, retomando también una tarea abandonada desde hace mucho tiempo por las instituciones del Estado.En este sentido el trabajo del FIS es propio de una pedagogía social, muy parecida a la propuesta de conscienciación de P. Freire, del proyecto libertario.
Para los jóvenes argelinos cuya actividad principal del momento se divide entre el trapicheo, el consumo de drogas y el "aguantar las paredes" de sus ciudades, el FIS se convierte rápidamente en un movimiento referencial, muchos de estos jóvenes urbanos rechazan el cuadro familiar tradicional que se vive en los barrios populares y el encuadramiento social del Estado, casi inexistente y sólo interesado en impulsar su integración en el Ejército-policía. El FIS les animará desde los propios barrios, a una serie de actividades que contribuyen a la integración colectiva e identitaria, recordando algunos aspectos de estas actividades a las de los partidos de masas tradicionales en Europa.
En nombre de los valores comunes, el movimiento islamista, reagrupará las categorías sociales y los orígenes regionales, organiza mítines en los estadios y mezquitas que fuerzan a los jóvenes a salir de su medio, a regular su vida cotidiana en función de las oraciones y de las actividades colectivas; en una palabra, a encontrar sentido a su existencia, que ni la familia ni el Estado se lo pueden dar. La ruptura con los lígamenes familiares, deteriorados por las precariedades económicas que dificultan, por ejemplo, la posesión de una vivienda digna, juegan un rol importantisimo a favor del FIS, y en el futuro, a partir del golpe militar de 1992, a favor de los diferentes grupos armados islamistas.
El discurso religioso se presenta en este contexto como un discurso de socialización y de estructuración de los descontentos, reagrupando y estructurando un movimiento social, organizando a grupos de vecinos, quienes utilizará para ocupar el espacio político, creando así un espacio urbano sometido a su control. Este desplazamiento hacia el espacio local es de suma importancia para entender el fenómeno islamista, teniendo en cuenta no sólo la ausencia del Estado en él, sino que éste lo ve como un espacio hostil; su dimensión integradora en términos de solidaridad social (ayuda a los enfermos, apoyo a familiares de presos comunes y políticos, colectas etc), su capacidad de movilización global; el "partido de la mezquita" pronto se opondrá al "partido de la droga", como el comunismo tentaba en su tiempo de apartar a la clase obrera del alcoholismo. En esos años, según algunas fuentes, un tercio de chicos y una sexta parte de chicas recurrían a los estupefaccientes para olvidar la angustía de la existencia cotidiana.
Es muy importante entender que la vida de esa juventud es una existencia alimentada por la visión exterior de una sociedad consumista inaccesible. Ahí va el dato: Argelia es hoy el país del Magreb más invadido por la televisión, con un 95% de presencia de este aparato en los hogares argelinos según un estudio de mercado para la implantación en Africa del Canal Horizons, el servicio de marketing francés del Canal + ha estimado en un 30% la tasa de penetración del magnetoscopio en el medio urbano, una proporción comparable a la de Bélgica o Italia. Kojak, Starsky y Hutch, Dallas en versión original con subtítulos en francés, son tan populares entre los argelinos como lo fueron entre nosotros; el 65% de los programas de TV argelina son importados de USA, GB y Francia con lo que de transferencia ideológica y cultural significa ello. Ahora es la paella mágica o parabólica que se extiende desde la Casbah a las zonas residenciales y que permite vislumbrar esperanzas y aumentar frustaciones universales. Frente a todo ello los islamistas buscaran la reconstrucción del ser interior, logrando mobilizar el imaginario de los jóvenes alrededor de un discurso religioso. Es también un período de coexistencia con el poder (se romperá dramáticamente en Enero de 1992) en el que a los dirigentes del FIS les inquieta de forma especial el riesgo de desborde eufórico y el riesgo que ello genere enfrentamientos con el Ejército; en su estrategia de institucionalización del movimiento habían dejado de lado a los que reclamaban continuar con el ejemplo de Mustafa Buyali y el Movimiento Islamico Armado.
Así la estrategia mayoritaria del movimiento pasa por priorizar la canalización de la mobilización popular, de los descontentos, para transformarla en movimiento social y político; el 20 de abril de 1990 en una marcha convocada por el FIS centenares de miles de personas se manifiestan a favor de la plataforma de quince puntos que este partido va a presentar a la Presidencia de la República. Es su consagración definitiva como primera fuerza política y social del país y como primer aspirante al triunfo en las proximas elecciones municipales que se deben celebrar el 12 de junio de 1990.
Todo ello nos debe hacer ver al islamismo político no como un fenómeno fruto de la ignorancia, muy al contrario, este es el resultado de un esfuerzo intelectual dentro de una sociedad musulmana, que se nutre del rechazo a la imposición militar de un modelo occidental de desarrollo que, salvando las distancias, ya había tenido como escenario de confrontación el Iran del Sha, que en su embriaguez "modernista" llegó a afeitar barbas y prohibir el chador (túnica negra tradicional de las musulmanas chiitas) femenino, por supuesto en nombre del laicismo derechista y capitalista, o la Turquía actual donde las estudiantes y funcionarias tienen prohibido asistir a sus lugares de estudio o trabajo con el hiyab, en nombre de los citados valores.
En Argelia el FLN lo hizo en aplicación de un modelo "socialista y no-alineado"; en unos casos u otros la reacción popular ha sido la misma y los jóvenes dirigentes de los movimientos islamistas de estos países suelen haber estudiado sus carreras universitarias en Londres, Nueva York o Paris. Por ello no es cierto que los islamistas combatan los avances científicos y tecnológicos de la civilización Occidental, muy al contrario difunden sus mensajes a través de casetes, emplean el fax, los ordenadores, el vídeo y hasta la antena parabólica; lo que rechazan es nuestra concepción de la modernidad a traves de la occidentalización, a traves de nuestros actuales valores sociales, juzgados por ellos como decadentes, su modernidad no pasa por nuestra concepción de vida.
Su alternativa se levanta entorno a un repliegue defensivo sobre sí mismo, fundamentado en una tradición cultural a veces petrificada, muy a menudo viva y combativa socialmente. Frente al modelo de modernización autoritaria, "por lo alto", que a la vez que somete fascina irracionalmente, que asimila modernización a occidentalización, y que traerá consigo la rotura de las redes de solidaridad social, comunitaria, así como la fractura del sentimiento de pertenencia identitaria local, social y cultural; los islamistas reconstruirán estas redes bajo el discurso religioso y obtendrán como respuesta, cuando amenacen el orden establecido, una huida hacia adelante de los poderes fácticos en la desestructuración de la sociedad. No es por tanto el rechazo a Occidente de los islamistas, en tanto que bloque de potencias dominadoras, el que estructura el discurso islamista, sino más bien la desestructuración social, el rol y la función de los actores sociales propios de su sociedad.
La puesta en cuestión de la "civilización importada", el rechazo al "mimetismo cultural" y la condena de la "occidentalidad" no conlleva pues una condena global de Occidente, salvo en los casos más extremos de dogmatismo y fanatismo.
Para finalizar con este punto, podríamos decir que es de suma importancia no confundir islam y tradición por un lado, Occidente y modernidad por el otro.