SOBRE LOS LIBROS DE TEXTO DE HISTORIA


El autor Alvaro García Meseguer describe un defecto lingüís- tico que denomina "salto semántico" y que consiste en iniciar un discurso referido a personas utilizando un término de género gramatical masculino, en sentido amplio, abarcando a mujeres y varones y, más adelante, en el mismo contexto, utilizar expresiones que ponen en evidencia que el autor se refería exclusivamente a los varones. "Este salto semántico -dice García Meseguer- constituye uno de los mecanismos más sutiles de discriminación sexual, al reforzar en nuestro subconsciente la injusta y tradicional identificación entre los conceptos varón y persona". Uno de los ejemplos citados por dicho autor está, precisamente, relacionado con la historia: "Los antiguos egipcios habitaban en el valle del Nilo. Sus mujeres solían...". El masculino "egipcios" parece, en la primera frase, que engloba los dos sexos, pero inmediatamente nos damos cuenta de que no es así. "El lector -prosigue García Meseguer-, a primera vista, no nota nada raro. Se fomenta así en su subconsciente el fenómeno de identificación de la parte con el todo, el varón con la persona; como secuela se produce una ocultación de la mujer".
Los libros de texto de Historia, son especialistas en saltos semánticos. Los dominan a la perfección. Veamos algunos ejemplos:

"Asiria era un territorio montañoso en el alto valle del Tigris; sus habitantes, hábiles cazadores y guerreros, constituyeron un poderoso ejército...".

Cuando habla de los habitantes de Asiria una cree que lo está haciendo de hombres y mujeres, pero a renglón seguido se da cuenta de que el texto admite tres interpretaciones: o bien los habitantes de Asiria eran todos del sexo masculino -y en algun lugar deberian explicarnos como lo hacían para reproducirse- o bien todos los habitantes -mujeres y hombres- no hacían otra cosa que cazar y guerrear o bien el autor del texto priva a la mujer de historia e imagina y escribe una historia sin mujeres.Algo parecido ocurre en el siglo X en Castilla, en donde:

"Sus pobladores son hombres que han bajado de las mon- tañas vascas y cantábricas. Viven de la guerra y el pastoreo".

Este pueblo además de ser unisexuado (compuesto de pastores y guerreros) conseguía una extraña fuente de alimentación: La guerra. Lo que no aclara es si masticaban el cuero o chupaban el hierro apresado a sus contrincantes. Pero, ¿quién va a preocuparse de estas minucias? Lo que si queda claro, en todos los casos, es que identifican cualquier colectivo humano del que hablan, con un colectivo masculino y no contentos con eso, identifican con gran frecuencia, un pueblo con su ejército:

"Los más importantes pueblos germanos, visigodos y ostrogodos, junto con los francos, vencerán a Atila cerca de Orleans".

O bien:

"Los cartagineses conquistan la Peninsula, de Gibraltar al Ebro...".

Hay centenares de ejemplos de esta clase. Los pueblos germanos, visigodos, ostrogodos, cartagineses, etc., etc., se vuelven puro ejército en estos libros. Si al menos se tomaran la molestia de escribir "los ejércitos germanos", "los ejercitos romanos", etc., dejarían un resquicio a los jóvenes lectores para suponer que además de por soldados, los citados pueblos estaban compuestos también por pacíficos ciudadanos/as de niñas y niños, etc. Por el contrario, se le hace creer, de mil maneras, que todo ciudadano estaba obligado a hacer la guerra:

"Pasado el tiempo, las ciudades iban independizándose del poder del príncipe, obispo o abad: quedaban exentas de muchos tributos así como del servicio militar".

Toda la ciudad, antes de esta exención, debía,según esto, realizar el servicio militar, al parecer sin distinción de edad, sexo ni condición. Pero no siempre aguerridos soldados llenaban a tope las ciudades y los pueblos. Había también intervalos de paz, aprovechando los cuales se habla de la organización de las ciudades, de la forma de vida, de las costumbres, de las leyes y de la cultura. Veamos algunos ejemplos:

"La característica fundamental de la cultura griega es el concepto de la libertad del hombre".

Al leer esta frase prometedora, a una se le antoja que cuando habla de "libertad del hombre" se está refiriendo a la mujer y al hombre. A continuación empieza una a sospechar que no puede ser verdad tanta belleza, cuando lee:

"Los ciudadanos eran los dueños de las tierras y todos tenían los mismos derechos, sin diferencias de pobres y ricos".

Pero a renglón seguido no le queda ya la más mínima duda de que no solo el género masculino usado en el texto se refiere exclusivamente a los varones sino que, además, excluye totalmente a las mujeres, como si no existieran. Así podemos leer:

"La democracia partía de la base de que los ciudadanos de Atenas debían gobernarse a sí mismos y, por tanto, tenian todos derecho al voto y a ser elegidos para los cargos del gobierno".

El texto no menciona en ningun momento que las mujeres atenienses no tenían -al igual que los esclavos- derecho a votar ni a participar en ningún cargo del gobierno. La palabra "todos" se refiere, pues, exclusivamente a aquellos individuos de sexo masculino que tenían la calidad de ciudadanos atenienses, con lo cual no nos queda la menor duda de que el libro en cuestión cada vez que habla de "hombre" se está refiriendo a "varón" y que a la mujer ni tan siquiera se toma la molestia de mencionarla aunque sea para decir que no poseía ninguno de los derechos que atribuye a "todos" los atenienses. El desprecio total a la mujer, es, pues, la característica del texto, que se pretende educativo.

Montserrat Moreno
Cómo se enseña a ser niña: el sexismo en la escuela
Icaria, Barcelona 1986, pags. 44-47


ACTIVIDADES
  1. Busca algún ejemplo similar a los señalados por Alvaro García Meseguer en tus libros de historia.

  2. Intenta corregir el redactado de las frases citadas de tal manera que la mujer esté presente o de forma que quede claro a quién se refiere el párrafo.

  3. Envía las correcciones a las editoriales para que se las hagan llegar a los autores.