DOCUMENTO: INUITS

Los y las Inuit, que en este momento viven en Alaska, emigraron a este lugar hace 10.000 o quizás 28.000 años.

Aprendieron a obtener de su helada tierra todo lo que necesitaban para sobrevivir: comida, ropa y techo. Poco a poco fueron perfilando y optando por un modo particular de supervivencia. Así, por ejemplo, con la grasa (obtenida de las ballenas y focas) descubrieron que se podía sobrevivir más tiempo si la comían que si la quemaban. En un medio natural que no podían controlar la cooperación resultó imprescindible, de hecho resultaba imposible para un esquimal cazar en solitario.

El trabajo duro se admiraba, pero se sobreentendía que gran parte era cuestión de suerte. Cuando se trabajaba duro pero no se conseguía cazar nunca era considerado como un fallo sino simplemente no había habido suerte.

Los niños y las niñas aprendieron que tenían que colaborar si querían recibir ayuda y cuidados. Los miembros de la familia dependían unos de otros tanto para conseguir comodidades como para sobrevivir. Había tiempo para jugar si previamente todos los miembros de la familia habían trabajado para cubrir sus necesidades básicas.

Si una persona heredaba un barco y ya tenía otro, elegía cuál de los dos barcos quería quedarse para su familia y el otro barco se lo daba a una familia que lo necesitara. La tierra no era propiedad de nadie.

Compartir es un modo de vida natural para los Inuits. No hay ninguna necesidad de dar las gracias si alguien comparte contigo la comida, ni de hacerle un regalo para expresar tu agradecimiento. Se cree que el que ahora recibe en otro momento podrá dar y que en definitiva todo queda compensado. Cuando un Inuit o grupo de esquimales mata a un animal en una cacería, la comida y la piel se comparten con toda la comunidad. Ningún cazador guardaría la comida para su familia mientras otros en la comunidad pasan hambre.




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