LA LIMPIEZA

El papel dominante de la nación mayoritaria conlleva necesariamente la marginalización y la exclusión del Otro, del diferente. A la creación del Estado fundamentalista étnico precede una perseverante y larga prapeganda que dio coma resultado, en la ex-Yugoslavia, la guerra. La experiencia de la guerra en el espacio geográfico yugoslavo ha demostrado por lo menos tres cosas: primera, la limpieza étnica no es la consecuencia de la guerra, sino uno de sus principales objetivos: segundo. las oligarquías nacionalistas, militaristas, llevan la guerra contra la población civil, especialmente contra la población mixta; tercero, las oligarquías militaristas de las dos naciones mayoritarias (Serbia y Croacia] han acordado de antemano el monstruoso proyecto de la limpieza étnica.

 

Odio hacia el otro. Limpieza espititual/cultura. Preparativos para la guerra

El derecho a la autodeterminación de la nación se reduce a la creación de los Estados del fundamentalismo étnico, los estados que descansan en el odio, la venganza, el miedo al Otro hasta su aniquilamiento. Para poner en marcha ese proyecto demencial han recurrido a las memorias colectivas históricas, a los ritos míticos. El recorrido de los señores feudales serbios por las regiones pobladas por los serbios, especialmente en Bosnia (1990] ha tenido como objetivo instigar el odio y la venganza, reforzando la idea de que "las tierras serbias son las tumbas serbias". Luego comenzaron a llevar la guerra "santa" hacia el objetivo clave: todos los serbios en un Estado. Para crearlo, recurrieron a la limpieza radical omnipresente.

El concepto de la "limpieza" ha sido muy difundido también en el socialismo autoritario. El "slogan" de Lenin "El partido se mantiene con en la ex-Yugoslavia contra todos los adversarios ideológicos. De acuerdo con la índole militarista de ese régimen, "la unidad y la unanimidad" entre el caudillo y el pueblo, se han mantenido mediante permanentes purgas de "los enemigos de todo color". Las purgas continuaron y se reforzaron con toda la fuerza a partir de la llamada "revolución antiburocrática" (cuando Milósevic llegó al poder, en 1987). Las filas del partido han sido depuradas, especialmente los pilares del régimen, los medios informativos. A la par, estaban preparando el terreno para la limpieza étnica. Por ejemplo. todas las instituciones del Estado han sido "limpiadas" de albaneses, la minoríamás grande en Serbia.

El caldo de cultivo para la limpieza étnica fue la propaganda desatada por los intelectuales nacionalistas, padres espirituales de la guerra en la ex-Yugoslavia. Muchos han definido este fenómeno coma limpieza espiritual, ha sido vinculado con "el padre espiritual de la nación", Dobrica Cosic. El afirma no aspirar "a la limpieza étnica" en Serbia, pero sus pronunciamientos manifiestan lo contrario: "Primero tenemos que dividirnos, delimitarnos" o "deshacernos de todos aquellos que limiten o infecten "a libertad de nuestra tierra...". "La liberación" es llamada a la "guerra santa"; el terreno se somete a la limpieza para crear "el estado de todos los serbios". Los intelectuales nacionalistas lo medios de comunicaci¢n del régimen tienen el papel de imponer "la verdad sobre el pueblo serbio" a todos los miembros del colectivo porque "el deber moral del individuo consiste en someterse al colectivo, al pueblo". El individuo, necesariamente, debe ser un integrante de una nación determinada, por lo demás pierde las cualidades humanas: "El serbio es un hombre que no lo es si no es serbio".

Se considera legítima la divsión: serbios y no serbios, en los puros y los impuros. Las mujeres, como integrantes de la nación, no han sido mencionadas por los padres espirituales en esa fase, salvo como reproductoras de la nación serbia.

El miedo al Otro suprime todas las diferencias: de clase, ideológicas, de sexo en el seno de la gran cofradía patriarcal: "Mi hermano es todo ser humano que sea serbio", no importa su petenencia religiosa". Dentro de la cofradía reina una verdadera "solidaridad": el padre espiritual lanza la idea, los hijos la ponen en práctica: "En pro de la limpieza étnica hace falta ofrendar safrificios y víctimas hasta millones de serbios".

Todo está sometido a la limpieza: el idioma se limpia de palabras "ajenas"; se cambian los nombres de ciudades para anular la memoria de la vida con los otros. El miedo al Otro justifica la violencia sobre el Otro. Asesinar al Otro es legítimo, legítimo en las relaciones sociales, legítimo para el que asesina.

Limpieza de los territorios mixtos/impuros.

Desde el inicio de la guerra en Croacia, se hizo obvio que la limpieza étnica no es un proceso "espontáneo"; que han sido establecidas muchas reglas para expulsar a la poblaci¢n. Laó operaciones bélicas más crueles han tenido lugar precisamente en las regiones donde el porcentaje de poblaci¢n mixta ha sido el más alto (Vukovar, Pakrac, Osijek. etc.) con tales fines. Ambas partes beligerantes han aplicado la estrategia militar, "la limpieza del terreno", o sea, la expulsión de la població¢n de otra nación. Tras "limpiar" el terreno en las zonas de guerra, pasaron a las zonas sin operaciones bélicas: la expulsión de la población croata de algunas regiones de Serbia (Srem) y de la población serbia de la parte noroeste de Croacia.

Abundan los eufemismos cuando se habla de limpieza étnica: "transferencia de la población", "intercambio del espacio", "traslado". En este tipo de operaciones se han especializado varias agencias que lanzaron sloganes tales como: "Con nosotros la transferencia es más segura", etc. Todo esto ha sido respaldado generalmente, por los intelectuales nacionalistas, la iglesia, el partido de gobierno así como varios partidos opositores.

Limpieza de matrimonios mixtos/impuros

En la ex-Yugoslavia el procentaje de los matrimonios étnicamente mixtos oscilaba entre 15-80%, dependiendo de la región: 2,5 millones de niños nacieron de esos matrimonios: cerca de 7 millones de personas tienen alguien en su familia que es de otra nación. Pese a ello, la propaganda

nacionalista califica a las familias mixtas como "semental de los bastardos"; la propaganda sobre los peligros de los "impuros" adquiere dimensiones terroríficas: "la fuente biológica nacional de la familia no es pura, est contagiada por los "matrimonios mixtos". El odio al Otro traducido en el asesinato del Otro es el camino hacia la pureza étnica: "Con el odio hay que impedir que, a través de los hijos de matrimonios mixtos, se nos contagie y corrompa la sangre".

Los matrimonios mixtos a menudo están sometidos a diversos tipos de sanciones. Particulamente, están amenazadas las mujeres, empezando por las sanciones morales, hasta llegar a la expulsión, tanto de la familia como de 13 nación.

Si está casada, a menudo se le pide renunciar al marido "impuro". Esto nos recuerda con dolor los tiempos pasados (1948], cuando en este país a las mujeres se les pedía que renunciaran a los maridos por sus "desviaciones ideológicas", y por eso fueron sometidas a las purgas partidistas, en el mejor de los casos, o eliminadas.

Son muy frecuentes declaraciones de mujeres refugiadas bosnias cuyos maridos son de otra nación: "Quiero irme de aquí, lo más lejos posible, para que nadie me pregunte de qué nación soy".

La pertenencia étnica de la mujer, diferente a la del marido, a menudo es motivo de un mayor maltrato: "Me pega porque soy albanesa, no puedo volver a ver a mis padres. Ellos renunciaron a mí por, haberme casado con un serbio". El odio nacional es utilizado por los hombres como un argumento ms para ejercer violencia sobre las mujeres. El odio hacia la mujer, como el odio más antiguo, el odio que precede a todo odio, personifica el odio hacia el Otro. El Otro está en la casa. La violencia sobre la mujer está justificada, aún más cuando el odio hacia el otro abarca todas las dimensiones de la vida, cuando forma parte de la ideología del Estado.

El drama de los hijos de los matrimonios mixtos a menudo termina con el suicidio. De esos niños, especialmente los de sexo masculino, se espera que se pronuncien a favor de la nación del padre; que vayan a vivir a la región donde la nación del padre es mayoritaria... La vieja regla del patriarcado: negar toda consanguinidad entre la madre y el hijo. La apropiación de la capacidad de procrear de la mujer, expresada a través

de las declaraciones de los hombres: "He parido cuatro hijos..." en la práctica, el fundamentalismo étnico conduce a la apropiación de los frutos de un sexo determinado: hijos de sexo masculino. La antigua regla: los hombres fundamentan su dominio sobre la apropiación de los fuutos: hijos de sexo masculino.

Odio hacia el mismo. Limpieza de traidores/as de la propia nación

La experiencia demuestra que los nacionalistas odian más a los "traidores" (los que piensan diferente) de la propia nación que a los integrantes de otras naciones. Para los que no aceptan la "verdad sobre el pueblo serbio", para los "enemigos internos" que junto con los "enemigos externos" forjan "continuamente las conjuras contra los serbios". existe un rico abanico de nombres: "la escoria serbia", "los foráneos doméstico", "los antiserbios internos", "cosmpolitas sin raíces", etc.

A la par con la limpieza étnica o después de ella, se ejerce la ideológica: "Somos puros no sólo étnicamente. La vida nos enseña a no creer siquiera a los bandidos con los cuales vivimos en Serbia, aú menos a los bandidos extranjeros".

Así se expresaba un guerrero serbio. A las mujeres se les asigna el papel de guardianas de los valores tradicionales (étnicos. religiosos...) tal como establecen los fundamentalistas étnicos. A las mujeres se les divide en las que no se apropian y las que se apropian de los valores del colectivo. Cuando los grupos de mujeres autónomos protestaron (18 de marzo de 1993) contra la demanda de la iglesia de prohibir el aborto, la ira y el odio del alto dignatario eclesiástico Vladika Vasilije Kacavenda ha sido firme: "Son enemigas del pueblo serbio. ¿Quién les paga para vestirse de uniforme negro? [refiriéndose a las Mujeres en negro.] ¿Para qué fines propagan, justamente en Belgrado, que las madres maten a los hijos no nacidos? Esas mujeres que protestaron, no son serbias ortodo-xas, nada tienen que ver con la esencia del pueblo serbio".

 

Limpieza. Nombre popular para el aborto

Esta palabra ha sido ampliamente utilizada para nombrar el aborto, pero en el curso de los preparativos para la guerra contra le población, ese acto la mujer tuvo que hacerlo en "otra" parte. Pues la nación tenía necesidad de un mayor número de miembros, un mayor númerode guerreros. En la medida en que se amplia la guerra, crece la obsesión demográfica, el imperativo de parir porque "muchos serbios murieron en la guerra, hay que renovar la nación". En caso contrario, "los últimos serbios defenderán Belgrado en la fortaleza de Kalemegden, en el 2019". Esto afirman los demógrafos nacionalistas; según ellos, las mujeres de la nación mayoritaria deben parir por "motivos patrióticos" en tanto que las mujeres de les minorías étnicas "se reproducen de forma irracional", es decir que "los musulmanes, albaneses, se reproducen por motivos separatistas, fundamentelistas y antiserbios".

Para los demógrafos nacionalistas. la iglesia y muchos médicos, los fetos tienen valor nacional.

Son implacables defensores de los fetos concebidos dentro de la nación mayoritaria. Sin embargo, cuando la mujer de "su" nación ha sido violada en la guerra, abogan por la "limpieza" del feto porque de ese acto van a nacer hijos de doble pertenencia étnica. Sin limpiar. Aunque son acérrimos adversarios del aborto, muchos médicos fácilmente los recomiendan y practican el aborto a las mujeres violadas en estado de gestación avanzado. En nombre de la mujer violada hablan del Estado, el partido, la Naciín. He aquí lo que dijo un médico belgradense: "Ninguna de las mujeres violadas quiso parir. El instinto maternal ni de cerca es tan fuerte como el odio". El aborto/limpieza adquiere el carácter de la operaci¢n militar: "Antes de la limpieza étnica, se hace la limpieza del terreno. Esa palabra, cada vez que la oigo, se me clava profundamente en el cuerno: es por eso por lo que muchos comparan la limpieza del terreno con el aborto".

 

Violación. Método de limpieza

En la operación militar "la limpieza del terreno" se penetra el territorio de la nación "ajena": se emprende la conquista de toda propiedad de los hombres de otra nación. Ocupan el territorio colonizando el cuerno de la mujer. "El varón conquista el botín ajeno y lo agrega a su tribu".

Una cofradía patriarcal en la guerra exhibe su virilidad ante otra cofradía patriarcal: la violencia hacia "sus" mujeres no se experimente como deber en el cuerpo de la mujer sino como propia derrota. El no pudo defender su propiedad: "Si todos los musulmanes de Bosnia hubiesen sido

fundamentalistas, sus madres e hijas no habrían sido violadas y ellos no serian degollados".

El no retornar allí donde "sus" mujeres hayan sido violadas, deshonradas. El honor de éstas sólo puede recuperarse con el suicidio. Así se convierten en heroínas o mártires para él y para toda la cofradía patriarcal.

"El primer grupo colonizado fueron las mujeres. Los territorios sobre los que se impusieron estas colonizaciones fueron y siguen siendo nuestros cuerpos de mujeres". Tanto en la guerra como en la paz. El cuerpo de la mujer como botín de guerra, es el territorio cuyas froteras se extienden al parir a los hijos de los enemigos: "En tus entrañas llevas al enemigo. Un día te matará mi hijo". Él se hizo propietario del vientre de la mujer/territorio y de los hijos que ella lleva: Llevas mi hijo. Tu hijo, nuestro guerrero. Llevas al musulmán en tus entrañas. La sangre bullirá en ese hijo, levantará la mano contra ti, pomue tú eres su enemigo".

"Ella es la nutridora del germen concebido, ella, como foránea, cuida el brote nuevo", había dicho. La violada, sea en el tiempo de Eshil o ahora en la guerra en Bosnia, sufre la misma humillación: "A partir de ahora todos me mirarán como mujer foránea. No tengo dónde volver. Soy madre de dos mundos diferentes: el que me dejó y el que llevo en mis entrañas".

La mujer como "despensa" que se confía para cultivar, dice Kora o "el territorio hostil que hay que tomar, en el cual hay que dejar su semilla, su brote, para que se sepa de quién es la tierra y de quién es el fruto". O, como dijo Anstóteles, "El varón para el varón. A la mujer también la pare el varón", o como dice el guerrero serbio: "Llevas al serbio en tus entrañas, ahora tú también eres serbia", o como dice el guerrero musulmán: "Llevas al musulmán en tus entrañas, musulmana eres ahora tú también".

A todos ellos, tanto Aristóteles como Eshil o los guerreros en Bosnia, más allá de su pertenencia étnica, les une la obsesión por apropiarse

del poder de procrear de la mujer. La mujer no juega papel alguno como tampoco su pertenencia étnica: ella es insignificante despensa del semen de ellos, la semilla de la cual crece la casta de los guerreros. Ellos no le piden a la mujer que tenga cualidades genéticas determinadas (Hitler

en su proyecto de la reproducción de la casta aria sí se lo ped¡a a la mujer). Pero lo que a todos ellos une e iguala es el odio más antiguo: EL ODIO HACIA LA MUJER.


Índex
Annexos