CORREGIR NUESTRA IDEA DE DIÁLOGO
ElKarri, Movimiento social por el diálogo y el acuerdo
Si realmente queremos dialogar de todo lo anterior y de todo lo que necesita nuestra sociedad, estamos obligados a reconsiderar nuestra concepción del diálogo y nuestra forma de llevarlo a la práctica. En un contexto de conflicto como el nuestro en el que todo el mundo habla de diálogo, de la misma manera que ocurre con otras ideas que se someten a un uso social y político generalizado, el concepto de diálogo corre el riesgo de desvirtuarse y de perder parte de su potencial transformador.
Si queremos desarrollar una experiencia de diálogo en nuestro ámbito debemos preguntarnos si lo vamos a hacer dejándonos llevar por la inercia habitual o si es posible hacerlo de otra manera. No se trata, en cualquier caso, de introducir técnicas o tácticas para el diálogo sino de analizar nuestros hábitos de diálogo y de comprobar si es posible trabajar hábitos alternativos o complementarios.
En el cuarto apartado de este documento, en su punto 4.5, hemos propuesto "Desarrollar experiencias de diálogo constructivo, plural e integrador" en todos los ámbitos: centros de enseñanza, barrios, medios de comunicación, asociaciones, partidos, instituciones, movimientos, agentes sociales, etc.. En este anexo planteamos una reflexión sobre las formas de dialogar. Está dirigido, precisamente, a toda aquella persona o entidad que quiera impulsar una experiencia de diálogo constructivo, plural e integrador.
Lo hacemos porque tenemos la convicción de que impulsar experiencias prácticas y positivas de diálogo en nuestra sociedad es uno de los instrumentos más eficaces para invertir el fenómeno de violencia difusa y para preparar un futuro basado en una convivencia justa, normalizada y democrática.
1. Hábitos de diálogo
"Vamos a hablar" seguramente hemos escuchado, o pronunciado, muchas veces esta expresión, Es una propuesta habitual ante una situación de conflicto familiar, vecinal, político, social, o en cualquier relación entre amigos, compañeros o grupos. Es una buena aportación, indica una actitud positiva para resolver el conflicto de que se trate, no hay inhibición, hay voluntad de arreglar las cosas. La motivación y el impulso son interesantes.
Aprobamos, por tanto, como útil, positivo y necesario el arranque, lo que hemos llamado también motivación e impulso. Nos detenemos ahora un momento a analizar si la orientación de ese arranque, el "vamos a hablar", es adecuada y sirve al objetivo de desatascar una situación conflictiva. La puesta en práctica del escenario "vamos a hablar" suele verse acompañada por una serie de puntos débiles que, a menudo, limitan sus posibilidades.
- En un escenario de este tipo suele haber personas que no se atreven a hablar. Es posible que tengan cosas interesantes que aportar, pero en ese contexto no son capaces de articular palabra. Estas personas difícilmente se implican en la solución porque no se sienten parte de ella.
- Suele haber personas que se animan a hablar pero no tienen la facilidad de palabra que tienen otros y que, aunque probablemente tengan ideas o aportaciones buenas que hacer, no se tienen en cuenta porque la dinámica del debate les arrolla. Estas personas no logran quitarse de encima un sentimiento de agravio.
- Suele ocurrir también que el debate dentro del "vamos a hablar" termine siendo monopolizado por dos o tres personas hasta extremos absurdos, llegando a reproches personales, despechos u ofensas. El resto de participantes termina por aburrirse, inhibirse y pasar del asunto.
Tal vez, para dialogar sea necesario corregir nuestra concepción de diálogo y nuestra manera de situarnos ante él.
- En ocasiones, también suele haber personas que por su facilidad de palabra, por su
energía, o por una extraña habilidad consiguen que se haga lo que ellos dicen, a pesar
de que nadie esté de acuerdo con ello. El resto de personas que participan salen de la cita con
la impresión de que ha habido una imposición.
- En un escenario "vamos a hablar", lo más habitual suele ser que haya personas que están absolutamente seguras de que tienen la solución al conflicto. Sienten que su propuesta es coherente, racional, justa y justificada. El problema es que los demás no se clan cuenta de ello, no se implican, no se atreven a reconocerlo, no quieren, o no les interesa. Este comporta miento puede duplicarse porque pueden existir personas en los dos bandos manteniendo la misma actitud. Estas personas repiten, apasionadamente,
una y otra vez su propuesta, su análisis y los razonamientos que los avalan. Después de horas de discusión, no sólo no han acercado sus posiciones sino que incluso se han alejado más.
- Muchas veces, en un encuentro del "vamos a hablar" se tiene la impresión de que se
asiste a un enfrentamiento de trincheras. Cada parte defiende el territorio que está detrás de
su trinchera y por ningún motivo está dispuesto a tolerar el mínimo acercamiento. Se establece un fuego cruzado en el que lo importante es la defensa del territorio, se pierde la perspectiva, se olvida el objetivo principal de la solución, se niega cualquier razón a la otra parte y se sigue "disparando munición". Cuando los
otros hablan, no es tiempo para escucharles, sino tiempo para preparar mentalmente la próxima "carga". La solución parece imposible.
- Muchas veces, también, en una dinámica de este tipo, al final parece que ya no importan las razones o las ideas de fondo, sino lo que importa es no perder la cara, la imagen y el honor. No aparentar debilidad, aparecer firme, seguro y fuerte. Se tenga o no la razón, uno se aferra a lo que ha dicho y lo mantiene contra viento y marea. Cualquier reconocimiento parcial que conceda una parte de razón a los otros es un preocupante síntoma de derrota. En este contexto es muy difícil, si no imposible, lograr avances.
- Paradójicamente, en este tipo de reuniones cada parte actúa motivada por una gran utopía. Su deseo de fondo es convencer a la otra parte del acierto y de la verdad de su posición con la ilusión de que los otros terminen por darnos y reconocernos toda la razón. Pero esto nunca ocurre, más bien ocurre todo lo contrario.
Probablemente todos hemos vivido alguno de estos comportamientos en nuestras experiencias de debate en grupo. Recordemos, por ejemplo, la última mesa redonda de partidos a la que hayamos asistido y repasemos cuántos de estos fenómenos citados se produjeron. O recordemos la última reunión de vecinos, o de compañeros de trabajo, o de grupos sociales en nuestra localidad.
Los fenómenos que hemos citado no componen una lista exhaustiva. Son sólo algunos, que hemos expuesto con carácter ilustrativo. No siempre aparecen todos a la vez, pero habitualmente la propuesta "vamos a hablar" se ve acompañada por varios de estos comportamientos que condicionan notablemente su eficacia y sus posibilidades de éxito.
La insistencia de elkarri en aplicar determinados métodos de debate en la organización de sus foros y de sus encuentros viene dada por la constatación de que el modelo "vamos a hablar", como medio para desarrollar el diálogo y alcanzar el acuerdo, muestra claros síntomas de agotamiento y por la convicció6n de que pueden existir otras formas de avanzar.
El paradigma (modelo o esquema) "vamos a hablar" forma parte de un impulso sano, pero tiene demasiados puntos débiles. Mantengamos el arranque y el impulso. Esto quiere decir que aceptamos el "vamos a ... ". Ahora pensemos si es posible cambiar de paradigma. Veamos si es posible adoptar un modelo o esquema menos frágil y con más posibilidades de éxito.
"Vamos a... escuchar". Este es el cambio de paradigma y de hábito que propone elkarri.
Esta frase encierra la filosofía que se encuentra en la base de los métodos de trabajo y discusión en grupo que está proponiendo este movimiento social. Pero atención, no es ninguna fórmula mágica. No quiere decir tampoco, que con este paradigma todo sea fácil. Este habito, modelo, esquema, punto de partida o paradigma, sólo proporciona nuevos horizontes y mayores espacios de desarrollo a la idea del diálogo, permite dialogar de forma más constructiva, pero no garantiza el éxito. Esto depende de muchos factores. Es sól1o una herramienta que nos permite trabajar en mejores condiciones.Para poner en práctica el modelo "vamos a escuchar" es conveniente tener en cuenta algunas cuestiones:
- Es importante, en primer lugar, la actitud con la que afrontamos la reunión. La primera interpelación que cabe hacer es la de preguntarnos si tenemos conciencia de que todos estamos en el mismo barco, de que sólo hay un barco y de que, además, todos estamos condenados a permanecer en él. Es cierto que tenemos problemas y conflictos dentro del barco, pero estamos de acuerdo en que la solución no es echar por la borda a la mitad del pasaje y de la tripulación. Sólo hay una Euskal Herria, sólo hay una comunidad de vecinos en nuestro portal y tenemos que seguir viviendo en ella. La solución no pasa, desde luego, porque, por ejemplo, todos los de UPN, PSOE y PP o todos los de HB, o todos los nacionalistas, o todos los no nacionalistas desalojen el barco. Compartimos el mismo barco y vamos a seguir compartiéndolo. Tenemos un primer elemento común.
- En segundo lugar, analicemos la actitud con la que observamos el problema que queremos resolver.
Normalmente, adoptamos imaginariamente una posición de bandos. Cada parte se sitúa a un lado de la mesa e inicia el enfrentamiento. El problema son los de enfrente, ellos tienen la culpa. Adoptemos de forma imaginaria una actitud diferente. Imaginemos que todos estamos sentados en el mismo lado de la mesa y que despleguemos el problema encima de la mesa. De esta manera, analizamos el problema con una cierta distancia, de forma más fría, despersonalizada y objetiva y con la convicción de que compartimos un problema común y una necesidad común: todos necesitamos resolver el problema.
- En tercer lugar, conviene pararse a pensar sobre la incógnita que tenemos que despejar, cuál es la pregunta para la que estamos buscando respuesta. En este barco hay un conflicto entre los marineros de popa y los de proa, nos interesa encontrar una buena solución para que este barco siga navegando y no terminemos todos naufragando. En este momento, no importa quién esté en la popa y quien en la proa, ni quién representa a quién. Lo que importa es que el problema está ahí, encima de la mesa, y que somos nosotros, desde este lado de la mesa, quienes debemos resolverlo. La pregunta fundamental no es "dónde está el problema y quién es el culpable" sino "dónde está la solución y como la podemos alcanzar entre todos".
- A partir de esta manera distinta de enfocar una reunión, sólo queda empezar a escuchar. Ahora "vamos a escuchar", respetando algunos principios:
- Todo el mundo que asiste a este encuentro tiene, desde su propia vivencia y experiencia, algo interesante que aportar. También los que no hablan habitualmente, o los que se expresan con dificultad. Debemos escucharles.
- Existe una solución mejor que la que yo considero inmejorable. Es esa misma solución, sólo que con los matices, objeciones y aportaciones que incorporan los demás. Pero ello requiere una actitud de escucha.
- Aunque, a veces cuesta darse cuenta de ello, lo cierto es que en la posición más encontrada y más opuesta a la que defiendo yo, siempre se pueden encontrar elementos en común con la mía, comparten pequeños espacios de acuerdo, son parcialmente compatibles. Conviene identificarlos para explorar las posibilidades qlue ofrecen. Esto requiere que se escuche atentamente.
- La otra parte siempre tiene una parte de razón, de verdad, de justificación y de legitimidad, será más grande o más pequeña, pero la
tiene. Es imprescindible conocerla y reconocerla. Este ejercicio es necesario porque nos permite comprender el problema en su globalidad. Para encontrar una solución a un conflicto hay que conocerlo, tener fa mayor información y el mayor número de datos posible. Esto incluye también conocer la parte de verdad, de razón, de justificación y de legitimidad que le asiste a la otra parte. Necesariamente para ello se debe seguir escuchando.- El diálogo y la conversación con fa otra parte, en un contexto de "vamos a escuchar", debe ser utilizado para ponernos en la piel del otro, para conocer a fondo cómo piensa y cómo siente el conflicto que compartimos.
Debemos llegar a explicar su posición tan bien o mejor a cómo lo haría él mismo. Todo esto, además de completar nuestro conocimiento del problema, nos permitirá saber en todo momento si estamos proponiendo soluciones que, además de servirnos a nosotros, sirven de algo también a fa otra parte. Esto también exige escuchar con la máxima atención para comprender.
- La finalidad, por supuesto, no es sólo escuchar. Lo primero es escuchar, pero, además de escuchar es necesario avanzar hacia fa búsqueda de fa solución. Una actitud de escucha profunda y sincera nos ha permitido conocer y comprender mejor el problema. El siguiente paso es hacernos comprender, que nos escuchen, que también se entienda nuestra parte de razón, de verdad, de legitimidad y de justificación, que se entienda nuestra manera de pensar y de sentir.
- Nos anima la convicción de que este problema (el que sea) tiene una buena solución. Problemas muchísimo más graves y complejos que el nuestro han encontrado esa buena solución a lo largo de la historia. Nuestro problema también tiene esa buena solución.
- ¿Cómo nos imaginamos esa solución? Las soluciones en las que "gano yo y pierdes tú", o "ganas tú y pierdo yo", o "pierdo yo y pierdes tú" no son, a la postre, buenas soluciones.
Conviene orientar la solución hacia el criterio "gano yo, ganas tú". Buscar soluciones en las que todos salgan ganando. Aunque pueda parecer difícil y lo es, éste es el modelo de solución que debería perseguirse porque es el que ofrece garantías de viabilidad y solvencia de futuro.
Este conjunto de consideraciones son los que se encuentran en el fondo de los métodos de trabajo que elkarri ha propuesto hasta fa fecha para su desarrollo en los foros locales. ¿Por qué en el "método de los tres turnos" no se puede discutir o contradecir al resto de participantes ni en el primero, ni en el segundo, ni en el tercer turno? Porque antes de discutir una posición o una opinión es imprescindible cerciorarnos de que la hemos comprendido.
¿Por qué hay que dedicar el segundo turno a aclaraciones y a preguntas? Porque antes de opinar debemos conocer lo más profundamente posible fa opinión que vamos a juzgar. ¿Por qué en el tercer turno tenernos que señalar los elementos más coincidentes o interesantes que .han expuesto los otros? Porque antes de precipitarnos a dar una sentencia conviene identificar los puntos en común para explorar las posibilidades que esas coincidencias ofrecen.
A continuación, vamos a describir, sintéticamente, algunos de esos métodos que pueden facilitar la puesta en práctica de esta filosofía y del paradigma "vamos a escuchar", y que puedan ayudarnos a guiar el diálogo en situaciones de conflicto. En cualquier caso, no se trata tanto de aplicar rígidamente unos métodos, como de saber su motivo. Una vez que se han conocido las razones, se trata sólo de aplicar los criterios, fa lógica y el sentido común que se derivan de ellos. Se pueden aplicar estos métodos o incluso imaginar otras formas de avanzar en fa misma dirección.
2. Algunos métodos que están a nuestra disposición
* En este apartado no vamos a extendernos en una descripción al detalle de cada uno de los métodos que vamos a exponer. Se trata de hacer un breve explicación de algunos de ellos. Quienes deseen profundizar mis en alguno de estos métodos o en otros pueden consultar fa bibliografía disponible o pueden ponerse en contacto con elkarri (posar enllaç correu electrònic!!!), bien para obtener documentación e información, o bien para conocer directamente algunas experiencias que ya han sido puestas en práctica.
2.1. El método de los tres turnosEl objetivo de este método es evitar un debate en el que cada uno vaya a escucharse a si mismo y a convencer al contrario. Se trata justo de lo contrario: desarrollar una metodología de trabajo que, basándose en la escucha mutua, permita extraer conclusiones constructivas de cada sesión. El curso de una sesión basada en este método seguiría los siguientes pasos:
- Presentación. Debe quedar claro cuál es el tema objeto de debate que ha reunido a los asistentes a la reunión. Es interesante que el tema tenga una formulación en positivo: Por ejemplo, en el caso de los foros locales de elkarri: "qué podemos aportar desde nuestra localidad a la construcción de un proceso de paz en Euskal Herria".
- Primer turno. Cada persona puede exponer en un tiempo breve, aproximadamente 5 minutos, su opinión sobre el tema. Nadie puede interrumpir o discutir las intervenciones de los demás.
- Segundo turno. Cada participante puede intervenir para solicitar a los demás aclaraciones, profundización de algún punto o ampliación de detalles de la exposición de los demás, con el fin de comprenderla mejor. En este turno no se puede discutir o contradecir las exposiciones de los demás.
- Tercer turno. Cada participante vuelve a intervenir para señalar aquellos aspectos de las exposiciones del resto de participantes, que le han parecido más sugerentes o interesantes, o con los que está de acuerdo.
- El acta. Algún miembro del grupo, previamente designado para ello, debe tomar acta del tercer turno de intervenciones. Antes de presentar el acta al resto de participantes, debe dar coherencia a ese acta ordenando, reestructurando, fusionando y nivelando las distintas opiniones. Ese acta constituye un conjunto de expresiones de acuerdo inicial que, sin duda, requerirán trabajo posterior y constituirán un buen punto de partida para seguir hablando, elaborando y desarrollando más puntos en común. Es muy posible que ese acta pueda dividirse en opiniones que representan objetivos y opiniones que representan estrategias. El siguiente paso del foro puede ser el de desarrollar, siguiendo el mismo método, alguna de esas estrategias.
2.2. El método post-it
Se trata de una lluvia de ideas organizada que tiene muchos elementos en común con el método anterior.
- Presentación. Debe quedar claro cuál es el tema objeto de debate que ha reunido a los asistentes a la reunión. Es interesante que el tema tenga una formulación en positivo.
- Cada persona asistente a esta reunión redacta en post-its sus ideas o propuestas. Cada idea debe quedar reflejada en un post-it, en frases sintéticas. Se pueden escribir cuantos post-its se quiera. Todos los post-its deben pegarse en una misma pared.
- Agrupación. Se inicia a continuación un proceso de clasificación de los post-its por afinidad de temas. Es probable que el número total de post-its quede finalmente agrupado en ocho, diez, doce o catorce grupos.
- Síntesis. Cada grupo de post-its deberá ser sintetizado en un folio, tratando de que ningún matiz quede fuera de esa nueva redacción. El proceso continúa de esa manera hasta que todos los folios puedan integrarse de forma coherente en una única redacción. Se trata de nivelar, añadir, fusionar, eliminar y reestructurar los textos. El quid de la cuestión en este proceso no es discutir nuestro acuerdo o desacuerdo con las ideas que han aparecido en los post-its, sino buscar la manera de ir integrándolas en una redacción común.
- Texto final. Finalmente, como en el método anterior nos encontraremos con un documento
coherente que describe las utopías, los objetivos y las estrategias que unen a las personas que se han reunido en ese grupo. E] siguiente paso será el de profundizar en cualquiera de los aspectos que se contienen en ese documento.2.3. Reuniones con moderador/a
Este es un método más conocido. La mecánica de fondo que se encuentra en el método de los tres turnos y en la técnica de post-it son una buena referencia para guiar el trabajo de un/a moderador/a. En primer lugar será necesario encontrar una persona que reúna un perfil adecuado y a poder ser que tenga experiencia en el oficio. Son cuatro fundamentalmente las funciones que deberá jugar un/a moderador/a en este tipo de reuniones:
- enfocar adecuadamente la reunión al inicio de la misma,
- formular propuestas de desatasco en los puntos de bloqueo que se produzcan,
- identificar opiniones coincidentes para proponerlas como eje de desarrollo de la reunión, alimentando constantemente la reunión con las coincidencias
- identificar los espacios de consenso para proponerlos como posibles conclusiones.
2.4. Otros métodos
Existen muchos otros métodos que pueden servir al objetivo de lograr procesos de diálogo positivos y constructivos en dinámicas de grupo. Los trabajos de investigación cualitativa, la metodología NIP y muchos otros pueden también servir al mismo objetivo. Cada experiencia de diálogo deberá decidir cuál es el método que mejor se acopla a su realidad y a sus objetivos. Una vez hecha esta elección sólo será necesario sumergirse en el método elegido, conocerlo y aprender a utilizarlo como utilizamos cualquier herramienta. Se trata en definitiva de lograr que la escucha sea un hábito de diálogo.