¿CÓMO SE CONSTRUYE EL DISCURSO PERIODÍSTICO?

Actividad 2: Debate sobre los efectos de
las palabras dela prensa


Objetivo

Analizar qué lenguaje se utiliza en la prensa para describir hechos relacionados con temas de inmigración y conocer de qué hablan las noticias cuándo hablan de inmigración, racismo y xenofobia.


Descripción de la actividad

Esta actividad tendrá dos partes:

  1. En la primera parte todos los participantes deberán decir los conceptos que se relacionan con el tema de la inmigración. Se trabajará con diccionario para buscar las definiciones y luego se ordenarán en la pizarra en columnas (positivo/negativo/neutro) para analizar su validez y/o legitimidad a partir de las informaciones y razonamientos que el grupo vaya aportando. En el análisis también se intentará sacar a la luz los motivos, los tópicos y estereotipos que pudieron haber motivado su aparición.

  2. En la segunda parte se recurrirá al discurso de la prensa. Se repartirán 6 noticias de diferentes periódicos sobre un mismo hecho que tienen uso diferenciados del lenguaje. Cada grupo deberá elegir dos y se hará el análisis de las palabras utilizadas en la construcción de cada noticia en el mismo sentido: buscar algunas definiciones en el diccionario, y ver las palabras de connotación positiva, negativa o neutra. Se realizará un intercambio de palabras y se analizarán las connotaciones que tiene la noticia utilizando otras palabras.

    Se puede utilizar como referente la campaña "No me digas ilegal, soy una persona como tú" que intenta erradicar el uso de la palabra "ilegal" con relación a las personas. (vínculo)


Recursos

    1. Seis recortes de noticias sobre El Ejido de diferentes periódicos que tengan un uso diferenciado del lenguaje.

    2. Campaña: No me digas ilegal. Soy una persona como tu


Duración

Sesión de una hora.



PROPUESTA DE 6 NOTICIAS

El Mundo: Prosigue la violencia racista en El Ejido y se producen las primeras detenciones.
AVUI: El Ejido segueix en guerra.
El Pais: No sé cómo estoy hablando aquí y no estoy muerto.
ABC:
Patrullas de ciudadanos provistos de cadenas, palos y hierros actúan en las calles de El Ejido
El Periódico: Nuevo brote xenófobo. La oposición y las ONG claman contra la pasividad policial
La Voz de Almería: Vícar, La Mojonera y Roquetas también sufren los efectos de los actos vandálicos



EL MUNDO, SOCIEDAD
Martes, 8 de febrero de 2000

PRIMER PLANO
Prosigue la violencia racista en El Ejido y se producen las primeras detenciones

Piquetes de vecinos queman cuatro chabolas de inmigrantes, cortan carreteras y fuerzan el cierre de comercios - Marruecos protesta oficialmente por los ataques.

SUSANA VILLAVERDE. Enviada especial

EL EJIDO.- Varias columnas de humo despidieron ayer el día en El Ejido. Mientras varios piquetes de vecinos, algunos armados con barras metálicas, incendiaron cuatro chabolas de inmigrantes, los marroquíes dieron su réplica quemando un invernadero.

Los incidentes de mayor gravedad y tensión volvieron a producirse en las calles del centro de la población y en la Loma de la Mezquita, donde un cordón policial trató de impedir que grupos de incontrolados llegasen a las chabolas y viviendas de los magrebíes.

Durante todo el día, los vecinos cortaron carreteras en protesta y forzaron el cierre de los comercios del pueblo regentados por magrebíes. La Guardia Civil tuvo que proteger a un grupo de inmigrantes que volvían de trabajar en invernaderos porque un grupo de vecinos armados les impedía acceder al barrio donde residen.

Cuatro vecinos, tres de ellos inmigrantes, tuvieron que ser ingresados. Mientras, el alcalde de El Ejido, Juan Enciso, señaló que los últimos altercados contra inmigrantes, a raíz del asesinato de la joven Encarna López, «no es lo que la mayoría del pueblo quiere».

En los despachos, el delegado del Gobierno de Andalucía, José Torres Hurtado, hacía frente a las críticas de pasividad policial y daba cuenta de los detenidos y de las medidas que habían acordado, ese mismo día, el Gobierno y la Junta de Andalucía -constituidos en gabinete de crisis- para acallar las demandas de los ejidenses de mayor seguridad ciudadana.

Por un lado, el Gobierno, a través del Ministerio de Trabajo, y la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Asuntos Sociales, acordaron ayer iniciar una colaboración extraordinaria para desarrollar un programa de apoyo urgente para la integración de inmigrantes en Almería.

Además, Torres Hurtado se comprometió ante los vecinos a atender sus antiguas peticiones de seguridad ciudadana. Confirmó también que la policía y la Guardia Civil han detenido a ocho personas, todos ellas españolas, por presuntos delitos de alteración del orden público y desobediencia. La última, el agresor del subdelegado del Gobierno en Almería, Fernando Hermoso.

Pero, a tenor de lo visto ayer, todavía sigue sin verse el final. La violencia se sucedió durante todo el día, desde los puntos conflictivos de El Ejido (la Loma de la Mezquita y Santa María del Aguila) los exaltados transmitieron su locura a municipios cercanos.

Un último incendio, el del almacén exterior de una fábrica de reciclado de plástico agrícola en el barrio de Las Norias, se añadió a última hora de los de las chabolas y el invernadero.

Una decena más de heridos -la cifra oficial es de medio centenar desde que estalló la protesta el sábado- llegó al Hospital de Poniente y a los centros de salud.

Han sido más de tres años de protestas continuadas por parte de los vecinos del Campo de Dalías ante el aumento de la delincuencia entre marroquíes y argelinos.

En 15 días, dos agricultores y una joven han muerto a manos de magrebíes y la policía no puso obstáculos a los españoles de la zona para arrasar los comercios y establecimientos de los que denominan despectivamente moros. Han quemado chabolas, han sacado a inmigrantes de los coches para incendiarlos y han corrido con palos en alto tras ellos.

Por fin, Torres Hurtado anunció ayer que se va a incrementar la vigilancia policial en el Poniente almeriense y que se van a llevar a cabo las detenciones que sean precisas «para impedir altercados y evitar que la gente se tome la justicia por su cuenta». A las preguntas de los periodistas de por qué no se detuvo a los manifestantes que iban armados con palos, Torres argumentó: «Llevar un palo no es delito, porque no es un arma de fuego».

Juan Cotino, director de la policía nacional, tuvo que reconocer que la orden de intervención llegó un poco tarde. Los agentes del orden -unos 600 en estos momentos- vigilarán, de ahora en adelante, los campos de plástico donde trabajan los africanos. La dotación policial se hará más presente en El Ejido para responder también a la demanda de los agricultores y del pueblo, al menos «hasta que las circunstancias se tranquilicen».

El representante del Ejecutivo central y el alcalde de la localidad, Juan Enciso (PP), se reunieron con dos representantes de los manifestantes que ayer ocuparon de nuevo las principales calles y zonas de la población, quienes insistieron en la falta de policías y la inseguridad ciudadana.

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L'AVUI, 8/02/2000

BROT XENÒFOB A ALMERIA. El Ejido segueix en guerra

La policia va rebre l'ordre d'actuar i va fer 8 detencions
Tres incendis en la tercera jornada d'enfrontaments

E.P.ENVIADA ESPECIAL EL EJIDO

La població d'El Ejido, a Almeria, va continuar ahir en peu de guerra. Durant tot el dia els veïns
de nacionalitat espanyola van tallar carreteres i es van mantenir concentrats amb molta tensió
mentre esperaven quina era la resposta del col·lectiu magribí, que es va quedar majoritàriament amagat al costat dels hivernacles on treballen. Ningú va anar a treballar, els pagesos per por dels magribins i els magribins per por dels pagesos, les escoles no van obrir i les botigues van estar tot el dia tancades.
La tensió continguda tot el dia i trencada per alguns incidents aïllats, càrregues policials,
concentracions i barricades, es va desplaçar a altres poblacions de la comarca. Quan es va fer
fosc es van produir els incidents més importants de la jornada amb tres incendis: un al magatzem exterior d'una planta de reciclatge de plàstic, un altre en un hivernacle i un tercer en una barraca on es refugiaven magribins a la pedania de Norias de Daza. El primer incendi, segons algunes fonts, hauria estat obra dela immigrants, en resposta al foc provocat pels veïns als altres dos indrets.
A mitja tarda i després de moltes crítiques, les forces de l'ordre van fer les primeres detencions: tres veïns de la pedania de La Loma de la Mezquita acusats d'haver incendiat l'hivernacle i quatre de La Mojonera. Les forces de seguretat van detenir una vuitena persona acusada d'haver agredit diumenge el subdelegat del govern, Fernando Hermoso, que va ser brutalment colpejat quan sortia de l'enterrament de la noia assassinada per un marroquí divendres. Segons va afirmar el delegat del govern a Andalusia, José Torres Hurtado, no es descarten més detencions en relació amb aquest incident.
El Ejido va quedar presa per 600 agents del Cos Nacional de Policia i de la Guàrdia Civil, que
fins ahir no van rebre l'ordre d'actuar. El que van fer va ser bàsicament impedir que el col·lectiu de magribins i els veïns es trobessin. A mitja tarda, a la pedania de La Loma de la Mezquita, la
policia va haver de dissoldre amb pilotes de goma i pots de fum un grup de 400 manifestants que s'havien concentrat davant un campament improvisat on hi havia uns 300 magribins. Els
immigrants s'estan en aquest descampat des de dissabte, quan van començar els incidents.
Les concentracions espontànies dels uns i els altres a diferents punts de la població es van repetir al llarg del dia. A mitja tarda, en diverses pedanies, hi havia grups de més de 500 persones a l'espera de si esclataven nous incidents. La tensió flotava en l'ambient i en algun moments els agents van haver d'actuar per evitar aldarulls. Ahir es van registrar set ferits en els enfrontaments.
Des que van començar els incidents dissabte passat, un total de 39 persones -16 immigrants, 11 veïns i nou agents policials- han resultat ferits.
Ahir a la nit el delegat del govern a Andalusia va demanar calma a la població. Hores abans ho
havien fet els representants de les associacions de veïns de la pedania on vivia la noia assassinada divendres.

Justificacions

Per la seva part, l'alcalde de la localitat, Juan Enciso, va assegurar que els greus incidents entre els veïns i el col·lectiu d'immigrants estaven provocats per "un cúmul d'incidències, ja que en quinze dies hem tingut la mala sort que hi hagués tres víctimes assassinades per magribins". L'edil del PP, després d'assegurar que "la majoria del poble no vol incidents", va carregar contra la nova llei d'estrangeria: "Les imatges dels últims dies amb aglomeracions per l'arribada d'immigrants a Espanya han contribuït encara més a l'aparició d'aquests brots".
Diverses ONG van denunciar ahir que grups organitzats aliens al poble eren els que estaven
incitant a les agressions xenòfobes i armant la població amb bats de beisbol i còctels Molotov.
Durant la tarda va córrer el rumor que grups neonazis s'havien citat a través d'Internet per acudir en massa a Almeria a "donar una lliçó" als magribins, cosa que finalment no va passar.

L'ESCENARI

El fil s'ha trencat

La bomba ha esclatat. La convivència social a El Ejido, una localitat de més de 50.000 habitants que ha crescut a una velocitat vertiginosa gràcies al cultiu intensiu dels hivernacles, feia temps que penjava d'un fil, i aquest fil s'ha trencat. La gran onada migratòria que en els últims anys ha portat una allau de mà d'obra barata a la ciutat amb la renda familiar més elevada d'Andalusia, que factura 200.000 milions de pessetes anuals en activitats agràries, ha agafat per sorpresa les administracions locals. Els polítics no han sabut mediar entre un col·lectiu que atribueix els seus mals al sentiment racista que desperta entre els nadius i una societat d'acollida que culpa els nouvinguts de l'augment de la inseguretat ciutadana i els fa blanc de totes les acusacions.
Tot plegat ha anat creant un brou de cultiu al qual ha contribuït sens dubte la manca d'integració dels immigrants al teixit social: només l'1% d'un col·lectiu que en l'actualitat constitueix el 20% de la població total viu al nucli urbà. I ja hi ha veus de polítics i ONG que, arran dels últims incidents que han convertit el poble en un autèntic estat d'excepció, recorden que la solució dels conflictes passa per una millora de les condicions laborals i socials dels immigrants. En qualsevol cas, la revolta que s'està vivint els últims dies no ha sortit del no-res. El malestar que circulava soterrat ja havia aflorat en d'altres ocasions en forma d'enfrontaments entre els dos col·lectius, agressions a immigrants i manifestacions de ciutadans de tots dos bàndols en protesta per les accions dels altres. L'escalada de violència desfermada després de l'últim apunyalament mortal sembla que ara no té aturador.

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EL PAIS, 8/02/2000

"No sé cómo estoy hablando aquí y no estoy muerto"

Algunos inmigrantes han huido, otros esperan encerrados los alimentos que les da la Cruz Roja y uno tuvo que ser atendido por deshidratación tras su escondite de 48 horas

TEREIXA CONSTENLA, El Ejido

Manos en alto, en señal de paz, unos 600 inmigrantes caminan desde la barriada de Las Norias, donde la noche anterior varios jóvenes incendiaron una casa con siete africanos dentro -rescatados ilesos por la Guardia Civil-, en dirección al centro de El Ejido.
Sobre un jirón de sábana un mensaje nítido encabeza la marcha: "Por la paz y la dignidad".

Decenas de lugareños observan la escena desde balcones y aceras. Una señora les ofrece agua, un gesto humanitario casi excepcional estos días.

La manifestación duró poco. Sobre las 14.00, una barrera policial frena en seco el avance de los inmigrantes. "Les habla la policía. Esta manifestación no está autorizada. Deben permanecer en el sitio donde se encuentran ahora", dicen por megafonía. Varios agentes antidisturbios se aprestan para cortarles el paso y disolver la manifestación con pelotas de goma. No es necesario. Los inmigrantes se sientan sobre el asfalto.

Los norteafricanos que residen en El Ejido -en general, en la comarca de El
Poniente- viven atenazados por el pánico desde el sábado, cuando el asesinato de
Encarnación López -cometido supuestamente por un marroquí que ha recibido
tratamiento psiquiátrico- desató la mayor oleada de violencia xenófoba ocurrida en
España. Desde entonces, muchos han huido de sus residencias para esconderse
entre el intrincado laberinto de caminos rurales y entre los plásticos de los
invernaderos. Tres magrebíes permanecían ayer ingresados en el Hospital de
Poniente como consecuencia de los disturbios. Uno de ellos presentaba síntomas de
deshidratación, agotamiento y neumonía tras haber permanecido escondido entre
invernaderos las últimas 48 horas, según informa Efe. Desde que comenzaron los
incidentes han sido atendidas 49 personas en los hospitales de Poniente y los centros de salud de Vícar y Roquetas por diversos traumatismos y heridas. De ellos, al menos 16 son magrebíes, 14 autóctonos y nueve agentes de la policía.

Algunos inmigrantes, maleta en ristre, han abandonado la zona, según comentan sus
compañeros. Una veintena se refugió durante la noche del domingo en la comisaría de policía.

Pocos lugares son seguros, y no sólo para ellos. Una llamada telefónica sobre las
12.30 de la mañana del defensor del pueblo Andaluz, José Chamizo, a la sede
central de la organización humanitaria Almería Acoge, en la capital, les alertó de un
posible ataque de grupos organizados contra la oficina de la organización
humanitaria. Los voluntarios desalojaron las dependencias bajo custodia policial y se llevaron con ellos el equipo informático y los documentos, informa María José
López Díaz.

Entre las sombras que proyectan los incidentes violentos hay escasos puntos de luz: uno de los inmigrantes refugiados en la comisaría, sentado a primera hora de la
mañana en las escalinatas de la comisaría puntualiza: "No todos son iguales, hay
gente buena. Pienso quedarme aquí". No sólo tienen temor, comienzan a tener
hambre. Desde el sábado no se atreven a comprar alimentos ni nada que les obligue
a acudir a comercios españoles. El paro general que vivió ayer El Ejido, tampoco les
dio opciones de compra.

En el núcleo de La Loma del Boque, en Las Norias, residen un centenar de
inmigrantes, la mayoría oriundos de Khouribgua, una ciudad cercana a Casablanca.
No han salido de casa desde el sábado. Ayer por la mañana la Guardia Civil vigilaba
el área. El Kaabir Sellaji, de 24 años, fue uno de los primeros norteafricanos en
sufrir las iras de los ejidenses: "Iba en el coche con un amigo.

Cerca de Santa María del Águila nos atacaron 30 personas, tuvimos suerte de poder salir corriendo, pero me han quemado el coche".

Con su vehículo, adquirido hace tres meses por 200.000 pesetas, han ardido también sus papeles de residencia, lo más preciado para un extranjero. Cuando llegó a El Ejido, hace un lustro, no pensó que acabaría deseando irse. "No puedes dormir, no te fías, si aún tuviera el coche me iría de aquí", dice. Una veintena de magrebíes esperan en una explanada cercana a sus casas, la llegada de Cruz Roja con provisiones. Casi nadie se ha movido de allí, a excepción de Mohamed El Kuad, que ayer por la mañana se desplazó hasta Roquetas de Mar, a 20 kilómetros, para
comprar pan.

Desembarcó en El Ejido hace 12 años, casi el tiempo que lleva trabajando para un
solo empresario agrícola. Sus relaciones son cordiales. El Kuad habla con serenidad,
incluso al recordar los insultos que le han dirigido en este tiempo. Su mujer, Najiba
Gualid, llegó hace tres años y sólo ha entablado amistad con una mujer gitana. "No
queremos problemas, esperamos que esto pase, pero nos iríamos si esto sigue así".

Marzouk Elk Ibrahim, de 29 años, ha vivido ya más tiempo en territorio español que
en Marruecos. Llegó con 13 años a El Escorial (Madrid), donde estudió hostelería.
Durante dos años fue jefe de cocina de un restaurante de Almerimar, el núcleo
turístico de El Ejido y el único que se ha librado de la violencia de los últimos días.
Cree que la situación de rechazo que perciben los africanos en esta zona no tiene
parangón. "En Madrid no es lo mismo", dice.

Hace un mes apenas, El Irbrahim abrió su propio negocio -un bar en el centro de la
localidad-. Su estreno no ha podido ser más dramático. Ha perdido unos dos
millones de pesetas por los destrozos vandálicos que sufrió su local la primera noche de enajenación colectiva, el sábado. Pero podría haber sido peor: "Estaba dentro del local con otros seis marroquíes, rompieron la puerta y comenzaron a matarnos sin que la policía hiciera nada. Cogí el extintor para hacer humo y que no me vieran, en esa confusión logramos escapar". Toma un respiro y concluye: "No sé cómo estoy hablando aquí y no estoy muerto".

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ABC, 8 de febrero de 2000

Patrullas de ciudadanos provistos de cadenas, palos y hierros actúan en las calles de El Ejido

EL EJIDO. Pablo Muñoz

De nuevo, las patrullas formadas por personas armadas con palos, hierros y cadenas, volvieron a hacer ayer acto de presencia en El Ejido, donde la tensión y la violencia, lejos de desaparecer, sigue flotando en el ambiente. Los vecinos afirman que «no pararemos hasta que no se vayan todos los marroquíes», y éstos, entre tanto, se ven obligados a esconderse para huir de un casi seguro linchamiento. Unos automóviles fueron incendiados durante una manifestación en el centro de la ciudad.

Había esperanzas entre los responsables policiales de que la llegada del primer día laborable tras la muerte de Encarnación López Valverde, crimen que desató esta oleada de violencia contra los mogrebíes, trajera consigo la tranquilidad a este municipio.

Así pareció ser a primeras horas de la mañana, cuando aún se podía ver a inmigrantes paseando por las calles y los comercios abiertos. A esas horas, los únicos focos de tensión se vivían en la antigua carretera de Málaga, en los accesos a las norias y a Santa María del Águila, donde grupos de incontrolados cortaban el tráfico. Asimismo, la mayor parte de los trabajadores, tanto españoles como marroquíes, no habían acudido a sus puestos de trabajo en los invernaderos, con la consiguiente paralización del almacén de compra y pérdidas multimillonarias a diario. Pero, por lo demás, una cierta calma reinaba en la población, donde sólo se adivinaba lo ocurrido.

EL COMERCIO, CERRADO

Sin embargo, a medida que pasaban los minutos, la situación se iba haciendo más preocupante, y ya sobre las once de la mañana ningún comercio ni entidad bancaria, ante la amenazadora presencia de piquetes, estaban abiertas.

También, de forma paralela, se hacía notar, cada vez con más fuerza, el espectacular despliegue policial que, en todo momento, contó con apoyo de dos helicópteros, mientras que al mismo tiempo comenzaban a tenerse noticias de que las primeras patrullas de incontrolados empezaban a actuar.

Los ánimos, como el día anterior, estaban muy encrespados, y sobre todo después de que la Policía interviniese con material antidisturbios para disperar a los alborotadores en la antigua carretera de Málaga. Poco después, ya al mediodía, se formaba una manifestación «pacífica», según los cabecillas, pero en la otra ocasión hubieron de lamentarse violentas escenas de tinte xenófobo.

Así, un millar de personas, muchas de ellas jóvenes y fuertemente armadas, llegaron hasta la plaza del Ayuntamiento para entrevistarse con el alcalde, Juan Enciso, que no estaba presente. Tras proferir contra él y contra los inmigrantes insultos, los concentrados continuaron su marcha.

Fue en ese trayecto donde se produjeron los sucesos más graves, ya que unos encapuchados volvieron a incendiar viviendas de marroquíes e. incluso. salieron en su persecución para lincharlos. Quizá para evitar mayores males, la Policía prefirió no cargar y se limitó a vigilar. Pasadas las dos y media de la tarde, la marcha se disolvió. A esa misma hora permanecía cortada la autovía del Mediterráneo y, desde la lejanía, podían verse columnas de humo.

«Sí, soy racista, quiero que todos los "moros" se vayan de El Ejido», decía a ABC un hombre rubio, desdentado, de manos encallecidas y uñas de «luto». «No nos detendremos y, al final, quizá tengamos que pagarles con su misma moneda, con una muerte. Esto no se va a acabar», ESTAMOS HARTOS. Bien es cierto que muchos de los que le acompañaban negaban ser xenófobos -«Mira qué bien tratamos a los morenos», afirmaban-. Y también repetían una y otra vez que la imagen que se ha dado de ellos no es la correcta. «No vamos contra todos, sólo contra los que matan, violan y roban.
El 85 por ciento de los delitos que se cometen aquí son obra de mogrebíes. Estamos hartos, no los queremos, que se vayan. No es verdad que cobren sueldos de miseria».

Ayer noche proseguía la violencia. Una planta de plásticos era pasto de las llamas. Según algunos podría ser «la respuesta de ciertos mogrebíes».

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El Periódico, 08.02.2000

Nuevo brote xenófobo
La oposición y las ONG claman contra la pasividad policial

Almunia y Frutos reclaman al Gobierno que actúe contra el alcalde de El Ejido

El Periodico. Madrid

El rechazo a la inhibición de la policía durante los incidentes xenófobos de El Ejido fue
ayer unánime entre los partidos políticos de la oposición, sindicatos, entidades de inmigrantes
y otras ONG, que llegaron a culpar al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, de "tolerar un
intento de genocidio", al no proteger ni la integridad física ni los bienes de los inmigrantes.

El lamento más sentido salió de los labios de la Asociación de Trabajadores Marroquís en España (ATIME), cuyo portavoz, Mustafá Mrabet, exigió "protección, protección y protección" para "las vidas" de sus compatriotas de El Ejido, tras denunciar que "las fuerzas de seguridad han actuado con dejadez y pasividad al permitir que se incumpla la ley".

Equiparando casi la situación a la vivida en Kosovo, ATIME reclamó la creación de "un pasillo humanitario" para evitar "el genocidio", atendiendo a los inmigrantes aislados y sin víveres. ATIME convocó a media tarde una reunión de urgencia de la Plataforma por la Convivencia, integrada por unas 60 entidades sociales, sindicatos y partidos, de la que salió una declaración conjunta que considera a la policía y al Gobierno "cómplices de la violencia" debido a su "pasividad". "Las fuerzas de seguridad no pueden seguir siendo testigos mudos de la violación de derechos fundamentales", añade el comunicado.

El sindicato CCOO consideró incluso que tal complicidad hace al Gobierno "responsable civil subsidiario de los daños ocasionados en las casas y propiedades de los inmigrantes y otros vecinos". El presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, anunció que ha solicitado al fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, la apertura de una investigación sobre los grupos violentos y vecinos implicados.

El secretario de Comunicación del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, instó al Gobierno a acabar
con la "pasividad policial" y lo acusó de no "tomarse el asunto en serio". "Da la impresión de que se han tomado los temas de inmigración como un asunto menor y son importantísimos", añadió. Aunque el propio Rubalcaba aseguró que su partido intentaría mantener la explosión de El Ejido al margen de la campaña electoral, la fuerza de los hechos acabó imponiéndose. Anoche, durante la presentación de su programa conjunto, los candidatos del PSOE e IU a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia y Francesc Frutos, cargaron contra la actitud del Gobierno.

Haider y Le Pen El nuevo líder de IU empezó su alocución así: "Hoy me siento emigrante magrebí de El Ejido". Y agregó que perseguir a un criminal en Valencia, El Ejido o Avilés debe "hacerse igual en todos los sitios y con la justicia en la mano". "No debemos permitir los Haider y los Le Pen. Deben reprimirse con toda la fuerza de la democracia", manifestó Frutos. Y acto seguido, advirtió: "IU no será tolerante con la intolerancia, aunque estemos en campaña". Almunia suscribió las palabras de su nuevo aliado respecto al racismo y al fascismo.

Ambos dirigentes también exigieron al Gobierno que tome medidas contra el alcalde de El Ejido, al considerar que con su actitud y sus manifestaciones alentó la oleada de violencia. Juan Enciso, militante del PP, justificó la reacción de sus vecinos en los primeros momentos y, según IU, mantiene desde hace tiempo "una actitud racista y xenófoba, abiertamente fascista". La coincidencia de las ONG y los partidos de la oposición se extendió también a la hora de rechazar cualquier posible influencia de la ley de extranjería, que entró en vigor hace una semana, en la explosión racista.

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La Voz de Almeria, 8 de febrero de 2000

Vícar, La Mojonera y Roquetas también sufren los efectos de los actos vandálicos

No más crímenes. No más robos. No más violaciones.
Así de contundentes salieron ayer a la calle cientos de vecinos de Vícar y La Mojonera, poblaciones que se unieron a las proclamas de los ciudadanos de El Ejido, quienes exigen una repatriación de la comunidad islámica a sus respectivos países de origen.

Pese a la serenidad mostrada por el pueblo de La Mojonera durante el fin de semana, la movilización iniciada a media mañana de ayer por un reducido grupo de mujeres acabó en una jornada que se saldó con dos heridos, un español y un inmigrante que fueron atendidos en el centro de salud del municipio.

La tensión que recae en estos días sobre la comarca del Poniente creó ayer dos frentes de violencia. Españoles y extranjeros se apedrearon mutuamente en el núcleo vicario de Las Cabañuelas, donde, al igual que en el resto de localidades del Poniente almeriense, la policía antidisturbios tuvo que hacer un amplio despliegue de efectivos para apaciguar la situación.

Barricadas y cortes de carretera, inclusive la autovía del Mediterráneo, incomunicaron toda la zona y los agentes locales de los municipios afectados tuvieron que desviar el tráfico por otro tipo de caminos, que incluso llegaron al núcleo roquetero de El Parador.

Piquetes

Los piquetes que expresan su indignación por los tres crímenes registrados en El Ejido
durante dos semanas, cubrieron toda la comarca de Poniente, evitando la apertura de
establecimientos comerciales, invernaderos y todas las empresas relacionadas con la agricultura. La pacífica manifestación iniciada sobre las once y media de la mañana en el núcleo de La Mojonera, con la posterior instalación de barricadas y cortes de carretera, forzó el cierre de todos los comercios y empresas del municipio.

Más de un centenar de vecinos de esta localidad, que se unieron al dolor de la familia de la joven
asesinada en Santa María del Águila, portaron una pancarta por la principal avenida del municipio. "Basta ya. Ayer fue Encarni, mañana puedes ser tú", se podía leer en el cartel soportado por dos barras de madera y que empuñaban dos mujeres mojoneras. Mientras las más de cien personas que obstruyeron la circulación en el cruce de la carretera con El Cosario se disponían a iniciar el recorrido de la manifestación, otro amplio grupo de inmigrantes, situados a unos cien metros de las barricadas, escuchaban las proclamas de los españoles.

En un momento de discusión entre ambos colectivos, el grupo de manifestantes invitó a los
extranjeros a que apoyaran las protestas. Éstos, sin embargo, permanecieron en el mismo lugar contestando a los españoles: "El hecho de que ocurra un crimen, no quiere decir que seamos todos unos asesinos. La prueba está en que ayer -por ayer- un español asesinó a cuatro personas en Valencia. ¿Todos los españoles sois criminales?". La manifestación siguió adelante a través de la Avenida Europa sin ningún tipo de acto violento.
No obstante, pasadas las cuatro y media de la tarde, después de que ocurriera un apaleamiento a un inmigrante en pleno centro del municipio de La Mojonera, un grupo de extranjeros se disponían a actuar con violencia contra el colectivo de manifestantes.
La policía antidisturbios, que realizó un amplio despliegue por la principal vía de la localidad, impidió que sucedieran actos de mayor consideración.

Pánico

El pánico cunde en estos días por toda la comarca de Poniente.
Nunca se vio algo semejante, al menos en la localidad mojonera.
La asistencia a los centros educativos de La Mojonera se redujeron entre un 15 y 20 por ciento, aparte del abandono continuado de alumnos a lo largo de toda la mañana de ayer, que fueron recogidos por sus padres o familiares, alarmados por la tensa situación que se vive en estos momentos en la zona agrícola de mayor peso de toda Europa. El conflicto se mantuvo durante todo el día de ayer, cuya situación ha provocado el enfrentamiento de ambos colectivos.

Los vecinos de la zona de Poniente, según expresaron ayer decenas de ellos, no están dispuestos a abandonar la situación y exigen una mayor seguridad y la repatriación de los musulmanes a sus países de origen. La indignación por el crimen de los dos agricultores y de la joven Encarnación López se ha extendido por todos los municipios del Poniente.

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CAMPANYA "NO EM DIGUIS IL.LEGAL"


Per l'erradicació als mitjans de comunicació de l'ús del terme il.legal en relació a les persones. Impulsada per l'Associació Catalana per a la Defensa dels Drets Humans, Col.legi d'Advocats de Barcelona i Col.legi de Periodistes des de l'any 1999. Amb la col.laboració de l'Ajuntament de Barcelona.

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