Segundo Comunicado de ETA.
1 de Noviembre de 1998








"Comunicado de ETA al Pueblo Vasco: Habiendo transcurrido mes y medio desde que anunciara una interrupción general e indefinida en sus acciones, mediante este comunicado Euskadi Ta Askatasuna desea hacer llegar a la sociedad vasca su opinión sobre la nueva situación que vive Euskal Herria.

ETA, además de la entrada en vigor el día 18 de setiembre de la interrupción de sus acciones, quisiera hacer patente mediante este análisis la importancia de dos hechos fundamentales: por una parte está el Acuerdo de Lizarra-Garazi [Estella-San Juan de Pie de Puerto]; por otra las elecciones celebradas el día 25 de octubre en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Además, también trataremos de la actitud de los responsables de los dos Estados que oprimen al País Vasco.

El Acuerdo de Lizarra-Garazi: la base de una nueva era

Como hemos indicado, empezaremos con el Acuerdo de Lizarra-Garazi, para que todos comprendamos mejor en qué consiste el profundo cambio que refleja. El Acuerdo de Lizarra-Garazi, suscrito el 12 de setiembre y desarrollado el 3 de octubre, es consecuencia de la nueva situación que vivimos en Euskal Herria. A pesar de que las circunstancias principales que se dieron en los días inmediatamente anteriores al comienzo de la nueva era ya han sido comentadas, no estará de más que las volvamos a recordar:

Por tanto, una Euskal Herria dividida en dos y en tres no tiene otro futuro que la desaparición o el sometimiento. En cambio, las fuerzas políticas, económicas y sociales, a pesar de su diversidad y de las diferencias entre ellas, apuestan cada vez más claramente por una Euskal Herria reunificada que responda más adecuadamente a las necesidades y la voluntad de los ciudadanos.

La política de negación de la capacidad de expresión y del futuro de Euskal Herria plasmada en los pactos de Madrid, Ajuria Enea y de Pamplona se encuentra agotada.

Siguiendo los dictados de Madrid, hace ahora once largos años se organizaron los pactos arriba mencionados con el objetivo de oponerse a los abertzales y a la solución dialogada del conflicto entre España y Euskal Herria. En aquella época, la izquierda abertzale se mostraba firme en las diferentes citas electorales, pero fuerzas políticas que se tenían por abertzales, atendiendo más al beneficio personal y a los resultados del propio partido que a la política del país, consensuaron sus líneas estratégicas con los gobernantes españoles.

Al cabo de diez años, la Izquierda Abertzale ha demostrado que un conflicto de origen político no puede ser solucionado mediante la represión y la negación, y que su opción política, es decir, la lucha por la independencia y el socialismo, tiene el suficiente respaldo no sólo para resistir todos los ataques, sino incluso para seguir avanzando por el mismo camino. Euskadi Ta Askatasuna [ETA], por medio de la firmeza en su lucha armada, y otras organizaciones e incluso ciudadanos individualmente han demostrado con sus esfuerzos cotidianos que existe un pueblo que quiere ser libre y que exige condiciones justas para desarrollar su opción política. Un pueblo que desea liberarse de los dos Estados que lo mantienen sometido y sembrar su particular semilla de solidaridad entre los demás pueblos de la tierra.

Los habitantes de Euskal Herria han expresado mayoritariamente la voluntad de asumir su futuro.

Se ha impuesto como clave para la solución del conficto la necesidad de que Euskal Herria recupere la palabra, que durante tanto tiempo se le ha negado y se le ha tenido secuestrada. Durante largo tiempo la palabra "democracia" ha sido utilizada por los españoles y los franceses para atacar a Euskal Herria. Se ha generalizado la idea de que la democracia en Euskal Herria presenta características especiales: que son los ciudadanos vascos quienes deben tener la palabra y que dicha palabra debe ser respetada por las fuerzas extranjeras, y también que la democracia debe respetar las peculiaridades de Euskal Herria, su historia, su cultura y la voluntad de los vascos con respecto a su futuro. En una palabra, es patente que no tendremos democracia en nuestra tierra mientras no venga acompañada de la palabra "vasca".

Así pues, esos tres son los precedentes principales del Acuerdo de Lizarra-Garazi. Y éste es una apuesta optimista y valiente realizada por fuerzas con diferentes puntos de vista, distintas opiniones y naturaleza diversa. Durante los casi dos meses que han transcurrido desde la firma del Acuerdo, la gran cantidad de adhesiones que ha recibido lo han convertido en el referente político-social de una gran parte de Euskal Herria. Nunca hasta ahora se había producido una unión de fuerzas tan importante a favor de los derechos de Euskal Herria. El Acuerdo se ha convertido en el referente no sólo de abertzales, demócratas y progresistas, sino de toda la sociedad, e incluso de la opinión pública internacional.

ETA, por su parte, acepta el punto de partida para el diálogo y la solución política que ofrece el Acuerdo, pues lo considera idóneo como marco para la participación y la colaboración. Es por ello que Euskadi Ta Askatasuna aplaude la actitud sincera y la valentía política de los partidos, sindicatos y diversos agentes sociales que han tomado parte en el Acuerdo.

Sus firmantes han abierto una puerta a la esperanza. Y al mismo tiempo también han asumido la responsabilidad correspondiente: la responsabilidad de liberar el derecho a la palabra de Euskal Herria. Existe un compromiso para construir el marco político e institucional que haga que Euskal Herria recupere su voz y que ésta sea expresada, escuchada y respetada. Y ¡cuidado!, el Acuerdo ha sido suscrito por algunas fuerzas políticas, sindicales y sociales, pero, junto a los nombres de los firmantes, en él también se ha estampado la esperanza de cientos de miles de ciudadanos. Y eso exige que desde hoy mismo, y deberíamos decir desde ayer, cada cual aporte su labor en la creación de un nuevo marco, definido en el Acuerdo de Lizarra-Garazi, sin ningún tipo de falsas representatividades. Sin esperar que los demás lo hagan.

Sean cuales fueren las intenciones y las voluntades, la característica más importante de la situación actual es que nos encontramos con una oportunidad inmejorable para desarrollar iniciativas tendentes a la consecución de la soberanía de Euskal Herria. Demasiado a menudo oímos decir: "¡Sueño con una Euskal Herria independiente!". El tiempo de los sueños ha pasado; ahora debemos actuar. En esta nueva oportunidad que entre todos ofrecemos a Euskal Herria son indispensables la participación, el compromiso y la atención de todos. Es tiempo de trabajo en común, cada uno desde su propio ámbito y con su punto de vista, pero todos hacia un mismo objetivo: que Euskal Herria sea dueña de su futuro.

Elecciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa

Tal y como hemos dicho, las elecciones en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia se sitúan en este mismo periodo. Y, en el ambiente político recién surgido, las elecciones han tenido una especial importancia. Las fuerzas españolistas presentaron el nuevo reto electoral como una liza entre la eterna opresión bautizada por ellos como "Espíritu de Ermua" y el futuro libre representado por el "Acuerdo de Lizarra-Garazi". Las fuerzas españolistas deseaban que éstas fueran algo más que unas elecciones para un marco estatutario agotado, y, una vez más, se han esforzado al máximo para cegar, echar a perder, desbaratar esa nueva vía hacia la libertad y la paz que comenzó en Lizarra y continuó en Garazi.

En ese sentido, debemos afirmar con claridad y rotundidad que estas elecciones constituyen una victoria para quienes han apostado decididamente por la libertad y la paz. Hay que restar importancia a las fluctuaciones en las cantidades de votos obtenidas por opciones políticas concretas y examinar globalmente lo ocurrido.

Porque lo que ha ocurrido no es, como algunos pretenden dar a entender, consecuencia de cambios o cálculos de estos últimos meses, sino de años de trabajo continuado, fruto de iniciativas que parecían contradictorias. La Izquierda Abertzale ha conseguido, con generosidad y firmeza, sacar al futuro de Euskal Herria de la trampa en que estaba atrapado; hacer frente a las autoridades españolas y francesas, y al mismo tiempo convencer a las fuerzas regionalistas y a los abertzales tibios, que creían que Euskal Herria por su cuenta no tenía porvenir, de que sí hay un futuro, y prometedor además; crear ilusión y trabajar por todo ello.

Examinemos, pues, los resultados de las elecciones desde ese punto de vista

La Izquierda Abertzale puede tener la tentación de meter en el saco de sus ganancias la postura claramente favorable a Lizarra-Garazi que se ha manifestado en las elecciones. Pero no son tiempos para embolsarse "puntos". Los triunfadores en las elecciones, mediante el apoyo de un sector de la sociedad vasca, han sido quienes creen en el futuro de Euskal Herria y luchan por él. No tiene una importancia crucial el hecho de que en la votación EA no haya subido, ni la gran pérdida de votos de IU, ni tampoco, todo hay que decirlo, el que Euskal Herritarrok haya batido marcas jamás conseguidas por HB, o que el PNV haya obtenido los mejores resultados desde su separación de EA. Para ETA todo eso es secundario.

Debemos observar, sobre todo, la fotografía política que constituyen los resultados electorales. Porque el principal interés y quehacer de ETA no es lograr que la Izquierda Abertzale tenga unos buenos resultados electorales o una potente representación política, sino ir consolidando el proyecto político que llevará a Euskal Herria a la libertad. Ir consolidándolo y, sobre todo, materializándolo. Terminar con la colaboración, subordinación y traición ante los españoles. Como hemos repetido muchas veces, las energías deben aunarse en torno a objetivos y proyectos, no en torno a fuerzas políticas. En este sentido, la primera conclusión proviene de la evaluación del respaldo ofrecido al Acuerdo de Lizarra-Garazi. Un amplio apoyo y aceptación, indudable y notorio sin necesidad de grandes cálculos matemáticos, que deberá tener consecuencias directas, a no ser que quieran traicionarse los pasos dados y las esperanzas e ilusiones nacidas en los últimos meses.

Algunos quisieron plantear las elecciones a modo de referéndum, y asimismo pidieron "respeto a los resultados". Con esa intención, las fuerzas fácticas del Estado plantearon como "Cuestión de Estado" estas elecciones organizadas en una parte de Euskal Herria. Y en su caso la derrota es aún más evidente, porque PNV y EA han adoptado una clara postura abertzale, cosa que no hacían desde hace mucho tiempo, y por fin se puede abordar sin miedo el recuento de votos abertzales. Y de la misma manera, sin miedo y con todo su orgullo, deberían aportar los de IU-EB su votos al proyecto liberador que representa el Acuerdo de Lizarra-Garazi.

Así pues, el Gobierno español debe reconocer que la mayoría de ciudadanos de una parte de Euskal Herria apoya el Acuerdo de Lizarra-Garazi, y debe, en consecuencia, aceptar el contenido político de este acuerdo. Y, aunque desde el actual marco político-institucional parezca política-ficción, Euskadi Ta Askatasuna está convencida de que el Acuerdo de Lizarra-Garazi conseguiría el apoyo de la mayoría, incluso en unas elecciones que abarcasen toda Euskal Herria o en un referéndum. El futuro nos confirmará esta creencia.

Pero regresemos a la actualidad. El respaldo recibido por el Acuerdo de Lizarra-Garazi proviene de una amplia mayoría; sin embargo, hay que conseguir que todos los ciudadanos vascos se integren en el campo de juego político que ofrece dicho Acuerdo. Y puesto que en la Izquierda Abertzale el respeto a las "minorías" es una costumbre especialmente enraizada, también esa minoría debe ser tenida en cuenta. En ese sentido, creemos que la cifra supuestamente "contraria" no indica una postura opuesta al Acuerdo de Lizarra-Garazi. En realidad, entre los votos reunidos por los españolistas hay muchos votos del "miedo". Muchos votos resultantes de la desinformación y del lavado de cerebro televisivo. Y además la cuestión no es puramente matemática. La clave está en ir desarrollando el contenido político del Acuerdo. Porque en ciertos aspectos de su desarrollo el consenso social es aún mayor, y ello puede favorecer el acercamiento de más sectores sociales a dicho proyecto político.

El número de votos españolistas se ha mantenido o ha aumentado ligeramente. Suele aparecer bajo distintas formas y en torno a diversos partidos, pero ahí permanece, sin grandes cambios, el electorado que defiende proyectos extranjeros. Lo que sí ha cambiado es la postura de las fuerzas españolistas. Es mucho más agresiva, porque el Estado ha visto peligrar su autoridad por primera vez en largo tiempo. Las fuerzas españolistas quieren asegurar "la unidad de España a cualquier precio", y si esa actitud produce graves consecuencias a Euskal Herria, tanto mejor. Es la política de la tierra quemada. Porque llevar a la ruina al vecino es una política fácil para quienes tienen su segunda residencia, sustento y porvenir en el regazo del Imperio. A ellos no les importan los ciudadanos de a pie educados en la indiferencia o en el odio a Euskal Herria. Quisieran sumir a la sociedad vasca en una guerra interna, sin que les preocupen las consecuencias.

Por último, debemos mencionar los resultados logrados por la agrupación electoral Euskal Herritarrok, ya que el 25 de octubre se consiguieron los más brillantes resultados que la Izquierda Abertzale haya conocido nunca. Y cada uno de esos votos lo consideramos un homenaje a los gudaris vascos muertos en la soledad de la cárcel, o con las armas en la mano, de enfermedad o en accidente. Un cariñoso regalo a los ciudadanos vascos y gudaris que resisten aún en la dispersión de las cárceles, curando las heridas de las torturas, en la lucha solitaria. Lo consideramos una victoria conseguida gracias a multitud de compañeros de diversas organizaciones que han estado dando lo mejor de sí en los tiempos oscuros y difíciles vividos por la Izquierda Abertzale, con una tranquila sonrisa, sin hacer la menor concesión al enemigo, con dignidad y valor, enfrentándose a la cárcel e incluso a una muerte segura, dominando el miedo. Un indicador de la base segura sobre la que deberá avanzarse hacia la independencia y el socialismo.

¿Para cuando las elecciones de Euskal Herria?

Acabamos de decir que estas elecciones se han planteado, por parte de las fuerzas fácticas del Estado y de sus representantes, como un desafío y como un referéndum entre las fuerzas y los proyectos políticos enfrentados en el conflicto entre España y Euskal Herria. Y aun siendo eso así, las elecciones han demostrado un triunfo notable y claro de las fuerzas a favor de los derechos de Euskal Herria. Conformarse sería cerrar los ojos ante la corrupción que se ha querido esconder tras estas elecciones. La participación y el triunfo no significan que no se haya engañado a Euskal Herria al decir que estas elecciones eran las elecciones que representan la palabra de Euskal Herria. No, no han sido las elecciones de Euskal Herria. Ni éstas ni ninguna de las que nos han obligado a celebrar desde que Franco murió y nos hicieron creer en la "democracia a la española". Con respecto a estas elecciones, estas son las cuatro bases del engaño:

Por tanto, no se puede pretender que esas elecciones pasen por ser la expresión de la voz de Euskal Herria: solamente ha votado una parte de los ciudadanos vascos. Eso es lo que hay que remediar. Si Euskal Herria debe hablar, todos los ciudadanos vascos deben poder hacerlo, es decir, los habitantes de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa, Lapurdi, Nafarroa y Zuberoa. Y en esas elecciones, cuando se vote para expresar la voz de Euskal Herria y elegir la institución que la represente tanto aquí como ante el resto del mundo, el voto de todos los ciudadanos vasco deberá valer lo mismo, sean de donde sean.

Unas elecciones libres en todo el territorio de Euskal Herria sólo son imaginables en el futuro. Euskadi Ta Askatasuna intenta que ese futuro llegue cuanto antes. Porque es posible, si existe voluntad. ¡En Euskal Herria hay fuerza, tesón y necesidad suficientes para ello! Para conseguirlo, y tal y como se anunció en público hace mes y medio, hay que dar pasos eficaces hacia una institución única y soberana. Porque el Acuerdo de Lizarra-Garazi constituye un marco adecuado para avanzar en esa dirección y las fuerzas políticas que lo apoyan tiene ahora mayor respaldo que antes. Que no den la espalda a los compromisos adquiridos. Hay mucho trabajo que hacer. ¡No es éste el momento de dejar correr el tiempo!

El Estado español y el francés, fuera de la historia una vez más

Antes de finalizar, tal y como ya hemos adelantado, hablemos un poco de la postura de los responsables (¡quizás deberíamos decir "irresponsables"!) de los dos Estados que nos oprimen. Han pasado de estar mirando al dedo que señala la luna a hacer de perro que se ahoga queriendo atrapar el reflejo de la luna en el agua. La sociedad vasca ha tenido que escuchar muchas sandeces durante este mes y medio. Pero los manuales recomiendan no reírse del loco o estúpido que tiene armas en la mano. Y los enemigos de Euskal Herria poseen armas peligrosas. Así nos lo han enseñado estos últimos siglos. Y nos lo siguen enseñando. Pensando que son capaces de impedir, e intentándolo, que esta nueva era recién abierta tras un duro golpe represivo dado a Euskadi Ta Askastasuna siga adelante. Ofreciendo como única solución la semilla del sufrimiento que siembran año tras año, mes tras mes, día tras día, y podríamos decir que también hora tras hora y minuto tras minuto.

Después del alto el fuego anunciado por ETA, están en el punto de mira de la opinión pública mundial y aun de las autoridades de diferentes Estados. Se ha difundido por todo el mundo que España y Francia tienen un problema con Euskal Herria, y todas las "hazañas" que hasta ahora han llevado o han querido llevar a cabo en su "jardín secreto" son conocidas por todos.

A veces parece que están dispuestos a considerar más sensatamente la solución del "problema vasco", que poco a poco ha empezado a quemarles las manos. Pero hasta ahora han mostrado pocas señales de buen juicio. Al contrario, pretenden "recuperar" a aquellos llegados de Francia y España a vivir y trabajar en Euskal Herria, y construir así un frente "unionista", no para hacer "en Álava como en Navarra", sino para tratar de hacer "en el País Vasco como en Mérida" o "au Pays Basque comme en Correze". ¡Eso sí que es quedarse fuera de la Historia!

Y para eso han utilizado su arma más eficaz: la provocación y los medios de comunicación que únicamente intoxican. Son denominados el cuarto poder. Y eso son, poder. Otra cuestión sería qué lugar ocupan. Además de actuar en Euskal Herria, apoyan descaradamente a los intereses españoles y franceses. Algunos medios de comunicación se han convertido en verdaderos obstáculos para materializar democráticamente cualquier consulta o discusión política. Hasta el más tibio abertzale se indigna. Algunos de esos medios de comunicación, DV, El Correo Español (por citar algunos de los más enraizados entre nosotros), han vivido durante años gracias al conflicto, y aún ahora apuestan por ello. Son capaces de provocar el enfrentamiento y hacer cualquier cosa por mantenerlo con tal de defender sus intereses políticos. Éso no puede quedar en el olvido. Hace tiempo que se convirtieron en la vanguardia del ataque y de la opresión y que protegen y asesoran al Estado por medio de plumíferos "zakurrak" [perros, insidiosos] que roban el trabajo a otros. En la construcción de una sociedad democrática, es necesario cortar de raíz esos comportamientos antidemocráticos. Al hilo de esa influencia, el modo de pensar de españoles y franceses también nos intoxica y algunos piensan que cuando ETA ha ofrecido la mano le van a coger el brazo. ¡Ellos sabrán por qué!

El ciudadano y las fuerzas políticas vascas no tienen por qué mirar qué hace el enemigo. Nosotros tenemos que andar nuestro propio camino, para conseguir ser dueños de nuestro destino; somos nosotros quienes debemos definir y construir Euskal Herria. Las autoridades españolas y francesas ya saben lo que les corresponde: reconocer la autodeterminación y la territorialidad a Euskal Herria, no impedir el debate democrático que llevará a cabo la sociedad vasca, y respetar las consecuencias.

Conclusión

Las condiciones bajo las que entró en vigor el alto el fuego el 18 de septiembre no han variado en nada. Por lo tanto, queremos recordar a todos los ciudadanos vascos, así como a la opinión pública en general, el comunicado en el que anunciamos la interrupción de nuestras acciones:

Por otro parte, ETA, organización socialista vasca para la liberación nacional, asume la responsabilidad de los siguientes acciones:


Gora Euskadi libre. Gora Euskadi sozialista. Jo ta ke independentzia lortu arte

En Euskal Herria, a 1 de noviembre de 1998".